Confucio era un filósofo chino del Siglo VI A.C. que estableció una serie de doctrinas, creencias y prácticas religiosas que fueron la base de la filosofía y el gobierno chino por siglos. El orden en el cosmos, el orden natural y el orden social era sus baluartes. Por ello, las cosas debían llamarse de la manera correcta y ser lo que en realidad era. Un Rey era legítimo, y se denomina Rey y no usurpador, no solamente porque obtenía su mandato de manera legítima, sino también porque se comportaba como Rey, de manera justa y armónica con el orden natural y social y, si no lo hacía, no podía ser llamado Rey sino usurpador.