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Orientación lingüística

Columnas de Opinión
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Hola, amigos, hoy voy a insistir en el uso incorrecto que muchos hispanohablantes hacen de los pronombres personales, especialmente en sus formas complementarias. No hay duda de que, incluso entre buenos usuarios, la ignorancia en este sentido campea. Veamos: en días pasados, en los avances de una de las "telebobelas" que los canales privados pasan para embrutecer al pueblo, avance presentado en su respectivo noticiero, decía uno de los personajes, que al parecer, hace el papel de alto ejecutivo: "Ellos la cometieron, pero algún día la historia se las cobrará". Ahí están los dos pronombres complementarios, referidos ambos a lo mismo, que, en el primer caso fue cometido, en el segundo será cobrado. ¿Por qué el primero en singular (la) y el segundo (las) en plural? Por pura ignorancia lingüística. Si se refieren a lo mismo, ambos deben tener la misma forma.

Lo correcto es el singular pues lo cometido es una sola cosa, y esa misma cosa debe ser cobrada. El problema está en que el hablante cree que el segundo "la" se refiere a "ellos", sujeto del primer verbo, pero el que los remplaza es "se", que es plural. Si conocieran que "se" es igual para singular, ejemplo: "Ella se baña" o para el plural: "Ellas se bañan" no cometerían el error. A menos que se atrevieran a decir "ses"… "la historia ses la cobrará". ¿Horrible, cierto?

Lo triste es que ese error lo comete muchísima gente. Era el que cometía la bella María Cristina (la Tata) Uribe, a quien a propósito le debo un reconocimiento por su premio como la mejor presentadora de noticias, realidad que ya yo había anotado en esta columna, mucho antes que el jurado. También le agradezco que ya no nos diga ese bendito "Como se los dijimos…" Felicitaciones, Tata.

Por otra parte, me escribe un amigo para preguntarme si la expresión "Las flores llovían al paso de la caravana…" que halló en un texto es correcta. Dice él que las flores no pueden llover. Y tiene razón. Pero, mi apreciado amigo, si el idioma fuera tan estricto no habría bellezas literarias. El sentido figurado que los poetas emplean para embellecer sus obras es perfectamente válido. Incluso, ni siquiera los poetas. El pueblo mismo, en su charla diaria emplea las figuras. ¿O qué crees que son expresiones como "Me muero de hambre", "Tengo un filo", "Yo me c… de la risa" y otro montón de formas que pululan en nuestra cotidianidad? Son eso, figuras tan válidas como la misma costumbre de llamar "mi amor" al ser amado.

Finalmente, otro amigo me preguntó cuál es la forma correcta para designar al que toca el acordeón: "acordeonero o acordeonista". Le respondí que la segunda es la que trae el diccionario de la Real Academia. ¿Y entonces cómo se les dice a los que arreglan acordeones? Le contesté, ahí sí me corchaste. Yo les diría "arreglador de acordeones", pero acordeonero es una forma popular de llamar a los acordeonistas, impuesta por los mismos intérpretes de la vieja zona del Magdalena grande. En todo caso, le transmito la inquietud a mi buen amigo Silvio Modesto Echeverría, especialista en estos temas, a ver qué opina. Mientras él me responde, les agradezco su atención y me despido hasta el próximo sábado.