Construir una sociedad sana

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Oscar Bravo Rojas

Oscar Bravo Rojas

Columna Sociológica

e-mail: osbraro@gmail.com


En medio de una sociedad caracterizada por la enfermedad social, a lo que los sociólogos solemos llamar una sociedad anomica, es urgente y necesario implementar pautas o posibles soluciones a los graves problemas que la aquejan, y la mantiene en cuidados intensivos desde hace décadas, por no decir siglos desde su existencia.

El máximo jerarca de la Iglesia Católica el Papa Francisco da a conocer tres factores que inciden en que una sociedad sea sana o se mantenga en estado de postración.

El primer factor para que exista una sociedad diferente, considera Bergoglio, es recuperar el arte del dialogo, con gente que piense distinto a nosotros, aunque eso nos exponga a la posibilidad de salir derrotados. Recuperar el dialogo es vital en medio de tanto ambiente polarizado que existe en el mundo contemporáneo, en todos los ámbitos: político, económico, social, cultural y hasta religioso que es uno de los que más daño ha causado en el devenir histórico de la humanidad.

La intolerancia es el pan nuestro de cada día, ya los conflictos o diferencias no se dialogan como seres civilizados y superiores que somos, todo se está llevando a la vía de los hechos, lo cual se ve reflejados en las riñas, que muchas veces lleva al homicidio y al odio, por no utilizar este valioso mecanismo alternativo en la solución de conflictos como lo es el dialogo. Necesita urgentemente practicar el respeto, la tolerancia para con las ideas ajenas y contrarias a las nuestras y si en ese dialogo salimos derrotados debiéramos tener la suficiente madurez para aceptar esa realidad.

La otra preocupación papal es, que la desigualdad que esta fuera de control no solo en el ámbito económico, sino también en el sentido de ofrecer a la gente un lugar digno de vivir en la sociedad. Lo anterior debe movernos como seres humanos, ya que el demasiado economicismo ha creado toda clase de desigualdades, discriminaciones y lo que es peor, desprecio hacia los menos favorecidos, los cuales son tratados de manera cruel e inhumana y hasta irracional, no reconociendo sus derechos fundamentales y humanos y el lugar digno que debe ocupar cada persona, no más por el hecho de serlo.

El nacer en un hogar privilegiado o en una nación prospera, es un accidente biológico, pues nadie pido nacer y mucho menos ser pobre, rico, por lo cual considero que es tiempo que dignifiquemos a nuestro semejante, lo respetemos y valoremos por lo que son.

Finalmente la tercera preocupación o propuesta de Bergoglio, es la importancia de la educación para unir ambas cosas; recuperar el dialogo y luchar contra la desigualdad. Sí, un pueblo en la ignorancia no puede progresar, ni contra el economicismo mal sano que nos caracteriza como aldea global, y mucho menos con el dialogo que tanto necesitamos entre todos.

Necesitamos una educación liberadora, pues hay una educación que solo sirve para domesticar a la gente y que sean corderitos manipulables como lo expreso Claudio Naranjo con mucho acierto. Es y será una lucha titánica, casi imposible de logar, que la educación sea el objeto principal de una sociedad postmoderna y secularizada como la nuestra, pero tenemos ese gran reto, el de seguir hacia a delante, como dijera Confucio: “no importa lo lento que vayas mientras no te detengas”.