¿Qué nos pasa Santa Marta?

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Andrés Lafaurie Bornacelli

Andrés Lafaurie Bornacelli

Columna: Opinión

e-mail: andreslafaurieb@gmail.com


Ya es hora de hablar claro. En Santa Marta las obras no avanzan. Esto no es una campaña de desprestigio en contra del Alcalde o su gabinete, sencillamente es una manifestación legítima de mi opinión como ciudadano y como contribuyente.


No es posible, como lo dije en días anteriores, que las obras en la ciudad permanezcan por días sin que se desarrollen labores. En días pasados me tomé el trabajo de visitar varias obras en la ciudad y me percaté de la falta de obreros en ellas y el resultado fue espeluznante.

Para solo poner un ejemplo, en la carrera quinta con calle veintidós las obras avanzan a paso de tortuga, si es que se le puede llamar avance. No solo están arruinando los negocios que ahí se establecen, sino también deterioran el aspecto de la ciudad especialmente en esta época decembrina en donde se espera, según cifras extraoficiales, que arriben a la ciudad más de 500.000 turistas. ¿Y cómo podemos vender nuestra ciudad turísticamente cuando media Santa Marta es un caos?

Por otro lado, y con mucho respeto, debo manifestar mi gran descontento con la actitud de la Administración Distrital con respecto a las fallas en la ejecución de las obras de adecuación en diferentes instituciones educativas del Distrito. No es lógico ni mucho menos correcto que la Administración anuncie con bombos y platillos que se está buscando, o que, de hecho, se declaró la caducidad de los contratos en los cuales los contratistas le han fallado al Distrito y a la ciudadanía, y que además se anuncie con gran emoción que se buscarán nuevos contratistas para que terminen las obras, pero ¿Acaso no es la misma Administración quien escogió a los contratistas que ya quedaron mal?

Resulta indignante que se pretenda vender como un logro lo que claramente es un fracaso. Si la misma Administración escogió a quienes ejecutarían las obras y estos fallan, se debe reconocer el error, asumir la responsabilidad y tratar de enmendar la situación; pero no se debe condenar públicamente a ellos si la responsabilidad es compartida. Al parecer este tipo de propaganda ya es costumbre en la actualidad política de la ciudad.

Los samarios no somos conformistas, exigimos que se cumpla el mandato que se le otorgó al Alcalde, pues independientemente de quien haya o no votado por él, el Alcalde es Alcalde de quien votó y de quien no votó por él.

La actual Administración fue electa como premio a una gestión anterior, por tanto, es su deber moral y constitucional responder a sus electores.

PD: Condeno y reprocho todo acto que pretenda censurar el libre ejercicio de la prensa, especialmente condeno el hecho acaecido en días anteriores en contra de un compañero reportero gráfico de esta casa editorial. No nos dejaremos amedrentar de las autoridades.

¡Feliz martes!