Escrito por:
Jacobo Solano Cerchiaro
Columna: Opinión
e-mail: jacobosolanoc@hotmail.com
Twitter: @JacoboSolanoC
Ha pasado un año desde que la Unesco declaró al vallenato Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad y es muy poco lo que se ha hecho para enfrentar la advertencia sobre este folclor en peligro.
Todavía quedan algunos vestigios, por ahí viene Jorge Oñate con un gran trabajo, lo mismo hizo Silvio Brito con una canción del Chuto Díaz y ni hablar de lo que presentaron Iván Villazón y Wilbert Mendoza, prueban una vez más que para hacer vallenato hay que tener sentimiento, buen oído y algo de amor al folclor ¿Si pueden ellos por qué no los jóvenes? Porque hay una rosca de compositores prefabricados que se creen la última agua panela de Maicao, pasamos de Leandro Díaz y Rafael Escalona a Tico Mercado y Diego Daza, de Rafael Orozco al “Mono” Zabaleta que cambia de acordeonero como cambiar calzoncillo, así es muy difícil. La payola es un mal grave que ha descalabrado al folclor, aunque Celso Guerra y Álvaro Álvarez digan que no. Lo peor es que los sepultureros no entienden, ni van a entender, como se hace un trabajo serio, porque como llenan escenarios y pegan las canciones en la radio, con plata, se creen exitosos ¿Se llamará éxito forrarse de dinero a costa de acabar un patrimonio? El vallenato comenzó a degenerarse con Luifer Cuello y el tal Pin pon pan, luego vinieron La coca cola, El fajón, La leona y va montado en un Carrito loco, reducido a La chacha, La borracha, La borrachera y no sé cuántas cosas más que se inventan. La situación es tan complicada que Peter y Jorgito se pelean por grabar Goza, goza, un disco malo y pega, pero ya sabemos cómo; a Kvrass, le dije la verdad en una columna anterior y se me vinieron en gavilla, menos mal Iván Ovalle salió al rescate del vallenato tradicional. Lo de Silvestre, lo anuncié hace 4 años cuando publiqué la columna Piso 13 de Brickell, pienso que fue honesto; en mi opinión, es el único artista que podía dar ese paso, me gustó lo que hizo, a pesar de que no es vallenato. Con calidad interpretativa veo a Martín Elías, sin embargo, sigue cometiendo el mismo error, dejar que Rolando Ochoa, a quien han encumbrado como “gran productor”, le maneje el disco. Preservar el vallenato no es regrabar viejos éxitos, es continuar con lo que los consagrados hicieron, grabando canciones inéditas con temáticas vallenatas y grabarle a compositores con oficio. Por fortuna quedan las parrandas, el Festival Vallenato y mucha música clásica que escuchar, porque el vallenato en grabación, emisoras y grandes escenarios, se acabó. @JACOBOSOLANOC