Ajá, Pékerman: ¿y ahora qué?

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Escrito por:

Hernando Pacific Gnecco

Hernando Pacific Gnecco

Columna: Coloquios y Apostillas

e-mail: hernando_pacific@hotmail.com



Sería de mayúscula necedad criticar todo lo bueno que hizo Pékerman al mando de la selección absoluta desde cuando asumió su cargo en 2012 hasta finalizar el pasado campeonato mundial de fútbol. De la mano de José, Colombia regresó brillantemente a los mundiales después de tres ausencias consecutivas. Con grandes jugadores muy bien escogidos, mejor dirigidos y supremamente motivados, la tricolor fue sensación en el Mundial de Brasil 2014. Pudo llegar más lejos de no haberse atravesado el anfitrión, para entonces un grotesco remedo del exquisito y efectivo balompié brasilero, pero arrastrado hasta semifinales de manera sombría. Colombia terminó en el 5° lugar; James Rodríguez, goleador y mejor gol del torneo orbital, candidato a mejor jugador del torneo; se practicó un futbol alegre, deslumbrante y efectivo. Una generación fantástica con un técnico que la aprovechó al máximo. ¿Qué pasó después? Nadie lo entiende.


La Copa América 2015 y la Copa Centenario 2016 mostraron a una lánguida Colombia que pasó con dificultades a las rondas siguientes; excusamos esas presentaciones por el tema del “recambio”. Pero se puede tapar el sol con un dedo: más allá del resultado, la actuación fue deficiente y preocupante.

En estas eliminatorias, Pékerman ha convocado a más de 50 jugadores; muchos novatos se han estrenado en partidos difíciles; malos planteamientos estratégicos y tácticos que se reflejan en partidos peor jugados con resultados fatales que hoy nos tienen agonizantes. No nos digamos mentiras. De 15 puntos disputados contra los llamados grandes (Uruguay, Chile, Argentina y Brasil) sólo se ganaron dos. Hoy no existe una columna vertebral estable, el nivel de varios jugadores es deplorable, algunos sin ganas, sin brújula y sin estado físico; los demás, pesados o inexpertos y sin una alineación base; lesiones y expulsiones completan el sombrío panorama. Salvemos a Sánchez, Abel y Ospina. ¿Qué sucede, José?

Con magníficos jugadores y recambio interesante, no tenemos laterales modernos; defienden bien pero son limitados atacando. Se ha improvisado con algunos jugadores; hay errores con las “pequeñas sociedades” (si contra Chile inició con los bisoños Berrío y Borja, Macnelly era el inicialista indicado para jugar con ellos como lo hacen en Nacional). Sacrificó a Abel en partidos calve: Aguilar es el equilibrio del medio y el primer pase en ataque. Sin creación no hay goles, y Colombia crea escasas opciones: 4 por partido. Los goleadores, algunos en pobre nivel o inexpertos, no tienen oportunidades. James, caso aparte. Tiene calidad de sobra pero una inaceptable actitud de vedette, mal copiada de Cristiano Ronaldo. Recordemos que hoy es suplente en el Real Madrid.

Pékerman tiene que ganar 4 de 6 partidos si quiere plantar bandera en Rusia. La campaña como local es floja (11 de 18 puntos); a domicilio, sólo 7 de 18 posibles, y estamos fuera de la zona de clasificación. Siendo realistas, podemos obtener 6 puntos más de locales, y otros 2 o 3 de visitantes. La necesidad real es de 12. ¿Podremos lograrlo?

Caracterícese, José. Usted ha demostrado conocimientos, liderazgo y capacidades para triunfar, tiene magníficos jugadores, pero nadie es intocable, y si tiene que sentar a las estrellas, siéntelas: “no banqués a ninguno, viejo”. Los novatos ganan partidos, pero los veteranos obtienen torneos. Mantenga las pequeñas sociedades que funcionan, y busque una columna vertebral consistente. Regrese a los microciclos con jugadores locales, convoque en función del rival pero mantenga un equipo base, que las variaciones sean las debidas, etc. Claro, el fútbol está lleno de complejidades y filigranas que nosotros como aficionados rasos no conocemos; solo especulamos sobre lo que vemos, pero eso también vale.

Entendemos que dirigir selecciones es complicado; el tiempo de trabajo con los jugadores es mínimo, y vienen de distintos esquemas. Por ello, es clave recordar los principios fundamentales del fútbol, trabajar conceptos tácticos, revisar la preparación física y sicológica de los futbolistas, el “momentum”, etc. Como en el caso de los alcohólicos, lo primero es reconocer la enfermedad y visualizar posibles consecuencias para proceder con la cura: estamos jugando mal y en riesgo de quedarnos en casa. Busque ayuda para poder clasificar al mundial de Rusia, y demuestre todo aquello que ha logrado al frente de una selección, como lo ha hecho antes, y quíteles argumentos a sus críticos. Estamos a tiempo.