Las desmovilizaciones de Medellín

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Alvaro González Uribe

Alvaro González Uribe

Columna: El Taller de Aureliano

Web: http://eltallerdeaureliano.blogspot.com



El señor "Elalemán" (qué pena con los alemanes), funcionarios del anterior Gobierno Nacional y algunos comentaristas, han generado una confusión con las desmovilizaciones de los llamados "Bloque Cacique Nutibara" (qué pena con el señor Nutibara) y "Bloque Héroes de Granada" (qué pena con los héroes de verdad), que debe ser aclarada separando dos aspectos:

Primero, el proceso en sí, las negociaciones, sus intríngulis, el contexto político nacional e internacional del Gobierno Central de entonces y sus compromisos y afanes; y segundo, el manejo que a dos gobiernos de Medellín les tocó hacer de los resultados de esa negociación nacional: a Luis Pérez al final de su mandato y a Sergio Fajardo durante casi todo el suyo.

Fajardo manejó la reincorporación de los desmovilizados sobre la base, en gran parte cierta, de que eran personas que salían de la delincuencia reinante en la ciudad que gobernaba. Además, por dudas que tuviera no podía rechazar ese proceso, así no hubiera participado en su nacimiento ni en la escogencia de sus integrantes.

Por un lado, se trataba de un tema de orden público nacional a cuyas directrices presidenciales están sometidos alcaldes y gobernadores según la Constitución, y, por otro lado, no le iba a poner palos en la rueda a algo que estaba funcionando en aras de la paz de Colombia. El gobierno de Fajardo tuvo dudas sobre dicho proceso tanto con respecto a que no estaban todos como a que todos no eran. Mi opinión personal es que, además, en el transcurso del mismo fue objeto de un trato soberbio y acomodado por parte del Gobierno Nacional: "Ahí les dejamos" es como si lo hubiera dicho el Comisionado y compañía. Ponían condiciones, exigían y se guardaban conocimientos y razones que hubieran servido para manejar mejor el proyecto.

Fueron difíciles esas relaciones, y el gobierno de Fajardo (del cual hice parte) sabía de los sapos que se tragaba en aras de la seguridad de Medellín y de parte de la paz del país. Una insubordinación hubiera sido absurda en todos los sentidos, y aunque posible dirán algunos, no habría sido entendida. Además esa nunca fue la intención, pues a pesar de los errores y dificultades generados incluso por el mismo Gobierno Nacional, el proceso estaba funcionando. La famosa "donbernabilidad" es simplemente un término jocoso, de esos que hacen carrera y que la gente y los comentaristas repiten hasta dejarlo por sentado. Lógico que "Donberna", como capo, sí influía y hasta influirá aún en la delincuencia de Medellín y municipios aledaños, y por tanto en las muertes violentas de dicho territorio, pero, ¿hubiera tenido alguna lógica que el Alcalde le dijera, "siga ordenando matar gente y delinquiendo en la ciudad", con el objeto de evitar suspicacias? Absurdo, se estaban preservando vidas fuese por lo que fuere, y sin comprometer principios morales ni infringir la ley por parte de la Administración de Medellín.

Por último, eso de que Fajardo se benefició de la tal "donbernabilidad" es de mala leche, según como se está afirmando por algunos comentaristas y por el señor "Elalemán". Cualquier gobernante se beneficia o perjudica de todos los factores externos. Lo importante es la forma cómo maneje la influencia de esos factores, y doy fe de la manera pulcra e inteligente como el ex alcalde manejó dicha situación. Muchos otros se hubieran enredado fiscales, legales y administrativamente con semejante "chicharrón" (qué pena con los chicharrones") como lo llamó el mismo Fajardo hace poco.