Tolerantes

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Alberto Linero Gómez

Alberto Linero Gómez

Columna: Orando y viviendo

e-mail: palbertojose@hotmail.com



Hoy quiero que pienses en lo que significa la palabra tolerancia. ¿La has escuchado? Tolerancia es el respeto a las palabras, acciones y comportamientos de terceras personas, aunque estos comportamientos sean opuestos a los principios que he recibido en mi educación y en mi familia. Es el respeto a la diferencia, eso es la tolerancia.


Es fácil aprender el significado, ahora quiero que te apropies de este significado y lo hagas vida en las relaciones que sostienes con tus semejantes.

Si bien cada uno de nosotros tenemos nuestra manera de ver y entender las cosas, si bien cada uno de nosotros, hemos recibido una determinada educación que nos impulsa a ver la vida de x o de y forma, eso no significa que todo el mundo debe ver al viva, o debe vivir la vida como nosotros la entendemos y como nosotros la estamos viviendo.

No es así, repito cada uno tiene derecho a vivir la vida de la manera como le parezca mejor y nosotros debemos ser capaces de aceptar esas diferencias. El aceptar esas diferencias niños en cualquier comunidad ayuda a que le gente se soporte.

El aceptar las diferencias nos ayuda a reducir los motivos para que haya menosprecio por el otro, el vivir y entender la tolerancia nos ayuda a aceptar a la otra persona tal y como es. Sin pretender que sus pensamientos sean mis pensamientos, sus acciones sean los míos, su forma de ser sean los míos. Clamo a Dios en este momento por todos los que me leen para que el Padre Dios le regale el don de la tolerancia. Tú y yo, no podemos despreciar a alguien por la cultura que tiene, por la religión que profesa, por su color de piel o por su sexualidad. Amémonos y aceptémonos los unos a los otros porque eso agrada a Dios. En últimas todos venimos de Dios.

Me asusta la intolerancia vestida de radicalismo religioso y que sólo ocasiona dolor y violencia. Ser cristiano es vivir como Jesús, que se supo sentar a la mesa con los Publicanos y Pecadores sin juzgarlos (Lucas 15,1). Esa debe ser la manera de entender nuestra experiencia espiritual.