La tributaria no solucionará el problema de fondo

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Escrito por:

Andrés Londoño Botero

Andrés Londoño Botero

Columna: Bitácora del primer y cuarto cuadrante

e-mail: a.londono134@uniandes.edu.co



Se acerca la presentación de una reforma tributaria con la que el Gobierno espera cumplir con la regla fiscal reduciendo el déficit. Todo indica que recurrirán a la facilista y poco creativa estrategia de aumentar impuestos, en un país donde la carga tributaria es excesiva y reinan los tributos antitécnicos.

Uno de los debates centrales es balancear las cargas tributarias entre empresas y personas naturales. La propuesta que se vislumbra en este frente incluiría unir el Cree con el impuesto a la renta. Esta acción sería positiva, pues el Cree ha afectado negativamente a pequeñas empresas que no son intensivas en mano de obra. Sin embargo, el Gobierno planeta disminuir la base de la declaración de la renta. Aunque en las naciones avanzadas el grueso de la carga tributaria reza sobre las personas naturales y no sobre las empresas, el rango de maniobra en Colombia para balancear las tasas es muy limitado. Por una parte, se estima que alrededor de la mitad de los ocupados en Colombia son trabajadores informales, ergo sus rentas son invisibles para la Dian. Además, según Iván Daniel Jaramillo el 70% de los asalariados en el país gana menos de $1’500.000, un ingreso que dificulta el ahorro y la capacidad de pago de tributos.

Bajar la base para el impuesto de renta recargaría el recaudo en una porción limitada de asalariados, a la vez que afectaría las tasas de ahorro. Una economía con menos ahorro tendría menos recursos locales para apalancar obras importantes como las 4G. Lo que haría necesario aumentar el endeudamiento externo que ya ronda el 40% del PIB y pone en peligro el grado de inversionista que Colombia se ha ganado. Un mayor endeudamiento externo aumentaría el déficit en la cuenta corriente, que se deberá cubrir con más recursos externos y mayor déficit fiscal. Esto sería desastroso para la economía. Una alternativa es gravar los ingresos de las personas verdaderamente ricas, como los dividendos o las fundaciones que se usan para adquirir inmuebles y camuflar cierta parta de la renta percibida.

La propuesta más polémica de la reforma que será presentada es aumentar el IVA y aplicarle dicho impuesto a productos de la canasta básica. Dicho impuesto es altamente regresivo, todas las personas, independiente de su nivel de ingresos, pagan la misma tasa, por lo que quienes ganan menos deben destinar un mayor porcentaje de sus ganancias para sufragarlo. El IVA en Colombia es superior al promedio latinoamericano (16% vs. 15%). Aumentarlo atentaría contra la capacidad adquisitiva de las personas y enfriaría la economía.

Colombia sí necesita una reforma tributaria, pero para simplificar el sistema, no para asfixiar más el aparato productivo con impuestos. Existen otras alternativas para balancear las cuentas fiscales, pero el Gobierno parece no querer dedicarle muchos esfuerzos para hacerlo.

Una de las alternativas es aprovechar mejor los activos estratégicos. Empresas como Ecopetrol podrían encontrar socios estratégicos o explorar nuevos mercados. Cambiar el enfoque de hidrocarburos hacia la generación de energía podría ser una buena apuesta. El mercado de energía en el vecindario es dinámico, y por poco el último fenómeno del niño empeora la posición de Colombia. Aumentar la generación y comercialización de energía podría amentar los ingresos fiscales del Gobierno.

Otra estrategia es reducir el gasto. Este Gobierno ha aumentado significativamente los gastos de funcionamiento, especialmente en publicidad. Cometieron el error de no ahorrar durante la bonanza petrolera y hacer a las cuentas oficiales dependientes de un solo commodity. Es necesario revisar las responsabilidades paralelas de agencias gubernamentales y moderar el gasto público.

Por último, combatir el contrabando y la evasión de impuestos incrementaría el recaudo. En este frente hay mucho que hacer en Colombia. Se estima que la evasión del IVA es del 40%, además más de la mitad de la economía es informal. Robustecer a la Dian podría evitar hacer que quienes sí pagan impuestos paguen por los platos rotos del desbalance fiscal que tiene el Gobierno.


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