Fernando Vallejo: crítico de García Márquez

Columnas de Opinión
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Escrito por:

José Vanegas Mejía

José Vanegas Mejía

Columna: Acotaciones de los Viernes

e-mail: jose.vanegasmejia@yahoo.es



El escritor Fernando Vallejo tiene un reconocido prestigio no solo en Colombia sino en Hispanoamérica. No sabemos si seguir llamándolo colombiano después de haber renunciado a su ciudadanía en el 2007; pero en estas líneas solo nos interesa referirnos a su obsesión por restarle méritos a García Márquez, sobre todo a su obra ‘Cien años de soledad’.


Vallejo es novelista, lingüista, autor de teatro y cineasta, entre otras actividades que domina. Esos conocimientos lo respaldan para exponer con autoridad ciertos conceptos sobre la obra cumbre de García Márquez pero al mismo tiempo lo descubren como crítico malintencionado que pretende confundir al lector desprevenido. Para que estas notas brinden alguna claridad a quienes no han leído ‘Cien años de soledad’, empecemos por decir que un ensayo escrito por Vallejo en 1998 se titula ‘Un siglo de soledad’. Comienza como la novela mencionada y procede en seguida a la disección del texto. Vallejo dice: “Voy a hacerte unas preguntas, Gabito. ¿Muchos años después de qué, Gabito? ¿De la creación del mundo? Si es así, yo diría que tendrías que haberlo dicho”. Y pensar que para muchos críticos literarios ese comienzo de la novela es un gran acierto de García Márquez. Pero Vallejo, aunque como escritor sabe que es así, persiste en mermar el impacto que causa esa primera frase. Y para ser más demoledor afirma que el poeta Rubén Darío, fallecido en 1916, en su autobiografía utiliza una expresión parecida. Concluye: “¡Te plagió, Gabito, te plagió ese cabrón nicaragüense!”. Como se ve, Vallejo es un maestro del sarcasmo.

Más adelante, en su ensayo, vuelve al tema del supuesto plagio. Esta vez, como en su momento lo hiciera el guatemalteco Miguel Ángel Asturias, afirma que ‘Cien años de soledad’ es una copia de ‘En busca del absoluto’ de Honoré de Balzac. Sin embargo, quienes hemos leído ambas obras consideramos que la del escritor francés, aunque trata parcialmente un tema desarrollado en ’Cien años de soledad’, se queda corta en el vuelo de la imaginación. El Nobel colombiano lo supera, sin duda, porque cubre su prosa con elementos tomados de la irrealidad y da rienda suelta a la desmesura. Vallejo lo sabe. Como sabe también que ese nuevo realismo que puso de moda Alejo Carpentier se pasea por toda la obra de García Márquez y en cambio no se presta para el relato en ‘La virgen de los sicarios’ o en ‘El desbarrancadero’, dos de los textos más conocidos del autor antioqueño.

En cuanto a ‘Cien años de soledad’, le disgusta a Vallejo que García Márquez haya decidido narrarla en tercera persona. Si este artículo fuese un ensayo explicaríamos la conveniencia de este tipo de narración. En las obras de Vallejo el autor decide involucrarse en las acciones de sus personajes; por eso prefiere el relato en primera persona. ‘Cien años de soledad’, por el contrario, requiere un narrador en tercera persona, llamado también heterodiegético, extradiegético u omnisciente; es decir, un narrador que, como un dios, todo lo sabe, hasta los pensamientos de los personajes. Nadie sabe esto mejor que Vallejo. Pero su oficio es contradecir, rebajar, menospreciar.

Fernando Vallejo escribió ‘Logoi: una gramática del lenguaje literario’. Es autor también de ‘La puta de Babilonia’. Ha recibido varias distinciones: Premio Ariel en 1979; Premio Ariel en 1981; Premio Rómulo Gallegos en 2003 por la novela ‘El desbarrancadero’. Doctor honoris causa de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional de Colombia, en 2009.