Bondades de crucigramas, sudokus y similares

Columnas de Opinión
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Escrito por:

José Vanegas Mejía

José Vanegas Mejía

Columna: Acotaciones de los Viernes

e-mail: jose.vanegasmejia@yahoo.es



Una buena labor de padres y profesores con deseos de crear en los niños y jóvenes ciertos hábitos que les sirvan para toda la vida, es la instrucción y guía en la solución de problemas. Claro está que tomando la palabra 'problema' como sinónimo de situaciones que requieren la aplicación de raciocinio para lograr su comprensión y resolución. 

Muchos estudiantes fracasan en el ejercicio posterior de su profesión porque nunca aprendieron a pensar frente a un problema. Esa es una de las fallas que se les atribuye a los profesores de matemáticas, pues muchos de ellos consideran que un estudiante es brillante en esa disciplina porque se especializa en el manejo de fórmulas, habilidad que los lleva a obtener soluciones aunque no tengan plena conciencia del problema resuelto.

Las personas que no desarrollan habilidades o destrezas en determinadas actividades piensan que los demás tampoco son capaces de lograr el éxito ante situaciones parecidas. La disciplina mental, unida a los saberes previos que poseemos, nos permite avanzar en el plano del conocimiento. Mediante el ejercicio continuo de aficiones y pasatiempos intelectuales vamos progresando cada vez más en los terrenos del arte, la cultura y, en general, en los diferentes estadios que nos presenta la vida.

Los crucigramas, por ejemplo, contienen una riqueza inagotable que está oculta, en mayor o menor medida, en espera de que la persona inquieta se aventure a descubrirla para apropiársela. ¡Cuántas veces hemos tomado un diccionario o una enciclopedia en busca de una definición o un dato que nos solicita un crucigrama y en la indagación tropezamos con una o varias palabras que no buscábamos en ese momento, pero que nos atraen irremediablemente antes de llegar a la que nos habíamos propuesto encontrar! No hay magia ni brujería en la resolución de crucigramas.

En cierta ocasión presenciamos la siguiente escena: Un amigo compró un periódico con el único fin de resolver un crucigrama gigante que, además, hacía parte de un atractivo concurso nacional. Un señor, desconocido para él, comentó en voz alta: "Él cree que lo va a resolver. Ese crucigrama no lo resuelve nadie". Pues el amigo lo resolvió en poco más de media hora. Claro que no se le ocurrió buscar al autor del comentario para mostrarle el acertijo totalmente solucionado. Muchas personas piensan que es difícil resolver pasatiempos como crucigramas, jeroglíficos y rompecabezas. No hay tal. Se trata del desarrollo de habilidades que sólo la práctica proporciona. A medida que se trabaja con estos pasatiempos, el continuo ejercicio hace que resulten más fáciles de resolver. Pero es un error pensar que el éxito con estos ejercicios se debe sólo a la 'rutina'. Hay que aportar conocimientos, que se amplían a medida que se insiste en la supuesta rutina.

En estos tiempos está de moda el Sudoku. Lo definen como "el crucigrama lógico por excelencia: engañoso, juguetón y que engancha totalmente, sin que haya que ser un genio de las matemáticas para resolverlo". Qué bueno sería que padres de familia y profesores inculcaran en los niños la práctica del sudoku. Hay libros que en forma didáctica enseñan cómo solucionar estos acertijos.

Si metemos a los niños en el sudoku, ellos, por sí solos, se saldrán de las llamadas 'maquinitas' y con el tiempo nos darán un parte de victoria sobre ese señor alemán llamado Alzheimer, que en forma paciente los espera para atacarlos en la edad senil.