Mortandad cantada y contada

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Jairo Franco Salas

Jairo Franco Salas

Columna: Opinión

e-mail: jairofrancos@hotmail.com



A raíz de la mortandad de peces ya anunciada y registrada a principios de la semana pasada, la cual se considera un terrible desastre en la Ciénaga Grande, tuve la oportunidad de trasladarme a Pueblo Viejo Magdalena y ser atendido por el presidente del Concejo de ese municipio Ariel Jiménez Montenegro y conocer con exactitud la dimensión del problema ambiental para luego transmitirlo a ustedes.


Para iniciar tengo que decir que lo observado fue realmente espantoso, desagradable, espeluznante; millares de peces muertos tales como lisa, róbalo, mojarra, chivo, lebranche, zabalete..., muchos en la orilla de esta y lo más alarmante en estado de putrefacción que no se habían recogido; motivo por el cual la Ciénaga Grande fue declarada en emergencia sanitaria. El hecho tuvo impacto nacional e internacional; de allí la presencia forzada al sitio de los acontecimientos del Ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible Luis Gilberto Murillo Urrutia, que junto con el Alcalde Wilfrido Ayala Moreno, abordaron el análisis desde la perspectiva de expertos en la materia; escenario donde se configura la necesidad de buscar solución definitiva a la problemática, no pañitos de agua tibia; esto teniendo en cuenta que los pescadores, principales protagonistas, sostienen que lo acontecido se originó en el taponamiento de los caños que irrigan y nutren de agua dulce a la Ciénaga; faltando así el oxígeno para los peces que mueren por esta causa y también al colmatarse este cuerpo hídrico. Es de recordar que la primera mortandad de peces fue en la Ciénaga de Cerro de San Antonio, cerca de Concordia; la segunda en el corregimiento Buenavista, palafito que hace parte del municipio de Sitio Nuevo Magdalena; la tercera en el Puente de la Barra área urbana de Pueblo Viejo y la más reciente en Nueva Venecia “El Morro”, Sitio Nuevo.

Ante esta tragedia, pescadores y comunidad en general direccionadas por el Alcalde, gestionan ante las instancias del Estado diciendo: “considero que el problema número uno de mi municipio lo constituye la falta de mantenimiento de la Ciénaga, ya que desde hace mucho tiempo no le está entrando agua; porque esta se la están robando los finqueros y cultivadores de palma; situación que conocen Corpamag y otras entidades”. Lo aquí afirmado por el Ejecutivo Municipal, es de gran trascendencia, partiendo del hecho que en Pueblo Viejo, la pesca lo es todo, se vive de ella; el 90% de su población viven directa o indirectamente; un segundo reglón lo conforma el Ente Administrativo como Empleador.

En mi correría por Pueblo Viejo pude constatar la precaria infraestructura como está construido: casas humildes de madera, otras de material, eso sí resaltando los diversos colores de sus fachadas que llaman la atención; carece de agua potable.

Haciendo una radiografía de lo que es Pueblo Viejo, podemos afirmar que es uno de los entes territoriales más abandonado de la Costa Caribe; su Concejo Municipal lo conforman 13 Ediles; cuenta con 13 colegios; un Hospital de primer nivel y tres Centros de Salud; son sus corregimientos La Isla del Rosario, Palmira, Tasajera, Trojas de Aracataca y Palo Prieto; cuenta con 27 mil habitantes aproximadamente, su fiesta patronal se hace en honor a San José el 19 de marzo de cada año.

Dentro de los aportes que podemos propiciar está el diseño de estrategias orientadas a la formación educativa en el campo técnico y tecnológico, mediante convenios con el Sena; fomentar la microempresa pesquera que es su potencial, con la Ciénaga ya recuperada.

Al contraste de la miseria que se materializa ante la retina del mas desprevenido visitante, se aprecia el extenso Mar Caribe y la Ciénaga Grande, portentoso y exuberante panorama, donde la fauna y la flora se entremezclan y dejan percibir el rico complejo hídrico de la biodiversidad.