Nuestro ejército y el proceso de paz

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Juan Galán Pachón

Juan Galán Pachón

Columna: Opinión

e-mail: prensa@juanmanuelgalan.com



Esta semana el comandante Supremo de las Fuerzas Armadas, Juan Manuel Santos, dio la orden a sus tropas, de iniciar el cese al fuego bilateral, como resultado del acuerdo final en la Habana. Esto, ha generado un clima de zozobra e incertidumbre, que algunos han aprovechado para desinformar y para generar intranquilidad entre los colombianos.


En ese contexto, llegué a la reciente entrevista que concedió el general Alberto Mejía, comandante del Ejército Nacional, sobre lo que nos espera en los próximos 30 días antes de la votación del plebiscito. Sus palabras me dejaron varias lecciones.

El general Mejía, quien dirige a los 82 mil soldados profesionales y 120 mil regulares del Ejército Nacional, será el responsable de liderar a la Fuerza Armada en el posconflicto y de enfrentar las posibles disidencias de la guerrilla de las Farc después de la firma de los acuerdos. Con esa responsabilidad bajo sus hombros, concedió una entrevista en donde no solo demostró serenidad y amplio conocimiento del proceso y de los acuerdos, sino también lucidez e inteligencia, para abordar los miedos y las dudas de los colombianos en este momento.

Ante todo, creo que nos dio a los políticos una gran lección de grandeza, sobre la manera como debemos enfrentar esta campaña por el plebiscito. Es en este momento y no en otro, que tenemos que demostrarle al pueblo colombiano que somos capaces de respetarnos en la diferencia, que cada uno tiene posiciones distintas, pero que son respetables en la medida en que estén argumentadas y sean serias, responsables y verdaderas.

En 1982, cuando el expresidente Belisario Betancur inició el primer proceso de paz con grupos guerrilleros, mi padre hizo un llamado a que todos los colombianos apoyáramos esa iniciativa y a que no permitiéramos que prosperaran las tendencias autoritarias de quienes creían que la única estrategia posible es la del exterminio o la definición violenta de las contradicciones.

Hoy, yo reitero ese llamado. Los colombianos están cansados y hastiados de disputas personales, agresiones, e insultos por redes sociales o por otros medios.

Estoy seguro que lo que la mayoría quiere de nosotros, es ver conversaciones tranquilas y serenas sobre una decisión histórica y trascendental que va cambiar el país para las próximas generaciones. Al final, como lo dijo el general Mejía, será el pueblo colombiano quien, actuando como una antorcha, señale el camino que el Ejército Nacional y nosotros, debemos seguir para definir el destino de Colombia.