El carnaval

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Carlos Bustamante Barros

Carlos Bustamante Barros

Columna: Columna Caribeña

e-mail: cm-bustamante@hotmail.com



En esta fecha de hoy viernes cuatro de marzo se da pleno inicio a las fiestas carnestólondicas del Caribe colombiano que se prolongará por cinco días consecutivos para culminar el martes de la semana venidera con la muerte simbólica de Joselito carnaval, por causas desconocidas, en la cual sus múltiples viudas (era de condición polígamo) verterán lágrimas en forma abundante con notable desconsuelo ante la inminente partida del difunto al reino de Caronte, con expresiones verbales múltiples e incoherentes ante el féretro frío y adusto que en la rigidez de su envoltura luce indiferente a los asomos humanos vertidas en lamentaciones.

El carnaval es una celebración publica que tiene lugar antes de la Cuaresma cristiana, su origen etimológico proviene de la palabra italiana carnavale cuyo significado está concebido para la época en que se podía comer, sin embargo, a finales de siglo XX viene a concebirse el verdadero significado de la mencionada expresión en la cual se concluye que es de origen pagano ligándola al ofrecimiento de carne al dios baal reputado como el propulsor de la tolerancia en fiestas donde todo vale.

Sin embargo, mucho más allá de la génesis del carnaval, esas festividades son bien amadas por el pueblo del Caribe colombiano que aglutina más de siete millones de habitantes diseminados en ocho departamentos que ocupan un tercio de la geografía de nuestro país, es necesario señalar que se ha perfeccionado con el paso del tiempo logrando hacerla agradable y hermosa por su colorido sin igual desplegado en disfraces y comparsas en las que incluso salen a relucir en sus desfiles callejeros hechos y o personajes de moda los cuales han ocupado la atención ciudadana, se cree con justificada razón que el carnaval es una válvula de escape al agobiante estrés que implica el ajetreo de la vida en sus diferentes facetas, o lo que es lo mismo dicho de otra forma es una manera de olvidarse por cinco días de los acuciantes problemas que aquejan al ser humano en esta parte del mundo.

Pero el carnaval de la costa Caribe colombiana a pesar de ser el que más aglutina personas en sus festividades, hay que señalar que en otras partes del país también se celebran con éxito estas fiestas aunque en diferentes fechas como lo son por ejemplo el Carnaval de Blancos y Negros en la ciudad de Pasto, Tuquerres e Ipiales en el departamento del Nariño, declarado por la Unesco como Patrimonio Cultural e Inmaterial de la Humanidad en el año 2009, este carnaval también es bastante colorido y hermoso inspirados fundamentalmente en la identidad aborigen de la región con el gran desfile magno, realizados en condiciones climáticas fría porque Pasto tiene un clima promedio de 16 grados centígrados, lo cual por su escenario geográfico andino hace que la celebración luzca ordenada y un tanto monótona como desfiles oficiales, les falta en la enjundia, alegría y por supuesto el brío que se despliega en el carnaval Caribe, pero aún con todo esto se observa el mencionado carnaval muy bonito y original, en el cual es menester señalar y resaltar la variedad étnica cultural de nuestra nación.

El carnaval de nuestro Caribe alegre y tropical tiene características originales también es ruidoso con expresiones artísticas que lo tornan sin igual en el mundo, celebrado a lo largo y ancho de las extensas llanuras en pueblos y caseríos remotos olvidados del mundo y de Dios, hasta cubrir con sus destellos vivificantes y alegres las urbes medianas y grandes de sus distintas ciudades, en las que nunca falta maicena, ron, traganiques, casetas populares, disfraces, casetas populares, amenizadas por agrupaciones de moda, que a su paso termina contagiando con su alegría a todo el mundo, es como una estela silenciosa e incolora que todo lo cubre a su paso, incluso en lugares cercanos a sus expresiones los ecos de su alegría vienen transportados por la brisa que sopla rauda para estas épocas del año en el Caribe, en la que se escuchan fugaces notas picantes de agrupaciones musicales de moda, en lo que podría definirse como atisbos del carnaval.

Por asunto del desarrollo histórico el carnaval mejor organizado del Caribe se celebra en la vecina ciudad de Barranquilla, el cual fue declarado por la Unesco Patrimonio Cultural e Inmaterial de la Humanidad en el año del 2001 cuyas festividades se inician con la Lectura del Bando en la que se realizan diferentes actividades como la coronación de la reina y la guacherna, posteriormente el desfile de carrozas elaboradas con finesa y maestría en la imaginación y creatividad es verdaderamente ilimitada, luego la Batalla de Flores, la Gran Parada con el desfile de fantasías, Festival de Orquestas en la competencia por el preciado galardón del Congo de Oro, concurso de letanías, en el que es preciso resaltar el gran compendio étnico y cultural de nuestra nación tradicional indígena, africano y europeo, en el que se dan cita ritmos representativos de la costa Caribe colombiana como la cumbia, la puya, el mapale, garabato y el jalao.

En nuestra querida e hidalga ciudad de Bastidas, el carnaval empieza a tomar visos organizativos con las fundaciones especializadas para estos fines en el barrio Pescaíto, donde cada año mejoran las festividades del carnaval, lo mismo sucede en Ciénaga la segunda ciudad del departamento del Magdalena en la que las efemérides son fuera de serie ciento por ciento original.

Inmerso en las propias profundidades de la tierra del olvido, les deseo a mis paisanos caribes y colombianos unos buenos carnavales, en el que es preciso recordar el aforismo aquel citado tantas veces que quien lo vive es quien lo goza.