Uber y el posconflicto

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Se llama Rosibell, es de piel morena y tiene 33 años. Al igual que miles de venezolanos, tuvo que abandonar su país e irse a Miami a conseguir un trabajo digno que le permitiera junto a su esposo, sacar sus dos pequeñas hijas adelante.


Gracias a las aplicaciones tecnológicas de Uber y Waze, Rosibell pudo encontrar rápidamente un trabajo que le ha permitido obtener unos buenos ingresos mientras sus hijas están en el colegio y dedicar el resto de la jornada a ejercer sus funciones como madre de familia. Su esposo trabaja de jardinero mientras tramita el ajuste de su estatus al de residente permanente y homologa su título profesional para ejercer su profesión.

Tony es un cubano con una historia similar a la de Rosibell. Huyó hace dos años de su país buscando mejores oportunidades de vida en Miami y la plataforma Uber le ha permitido generar unos ingresos semanales que bajo el régimen socialista de los hermanos Castro, jamás hubiese conseguido. En el Condado de Miami-Dade, el servicio de Uber fue legalizado bajo ciertas condiciones de seguros e inspección técnica que debe cumplir la empresa o los dueños de los vehículos.

Si el Gobierno Nacional -al igual que el Alcalde de Miami-, llegara a legalizar esta plataforma digital de servicio de transporte práctico, seguro y barato, en las principales ciudades del país, tendría una solución ágil para darle empleo productivo a los reinsertados de las Farc que quieran vivir en Bogotá, Medellín, Cali o Barranquilla. El Sena se encargaría de brindarles la capacitación y el Ministerio de Vivienda, garantizarles una vivienda gratis de las cien mil que reparten anualmente.

Sería interesante abrir un debate sobre esta propuesta y conocer la opinión de los magistrados de las altas cortes, congresistas, ministros de Estado y altos funcionarios del Gobierno. Me gustaría verle la cara a cualquiera de estos funcionarios cuando su hija le diga en la madrugada, que la trajo a su casa un exguerrillero de las Farc. No me cabe la menor duda, que al día siguiente estarían montados en un avión rumbo a Key Biskayne, donde no cabe un cachaco más.

Tampoco se ha dado el debate, de cómo van a proteger a los productores del campo frente al temor que genera el hecho de tener como vecino un bloque de cientos de exguerrilleros que van a ser ubicados en las 59 Zonas de Reserva Campesina, que han exigido al Gobierno. Presiento una estampida y una caída vertiginosa de la inversión y la producción agropecuaria del país, si este tema no se aclara y se resuelve rápidamente.

Claramente, los protagonistas de este acuerdo de paz están montados en otras discusiones de egos y poder. Dios quiera que no tengamos la necesidad de coger el mismo camino de los venezolanos y cubanos en Miami. No habría tanto Uber pa’ tanta gente.

En el tintero: En el departamento de La Guajira cambiaron el friche con mermelada por la bandeja paisa con mermelada.

@indadangond


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