¿Sí se ganará una pony malta el gobernador encargado del Magdalena?

Columnas de Opinión
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Ojalá y así sea. En lo poco que va de su mandato, quizás yo le daría no más un poco de agua sin poder garantizarle que sea potable. Aunque creo que no. Y menos si la toma de cualquier casa de San Fernando, Magdalena, señor Gobernador.

El señor Gobernador estuvo el fin de semana pasado por aquí por la región de Santa Ana, por el sur, pero parecía más una visita protocolaria que una visita de trabajo. Y digo Santa Ana, porque no salió de la cabecera municipal a ver los estragos del invierno, la desesperanza, el caos y la pobreza en los tantos pueblos que componen a este agónico municipio.

Si se desea saber la verdad de los problemas que nos agobian en el municipio de Santa Ana hay que buscarlos en su parte rural y en los pueblos perdidos de su inmensa geografía y no en el palacio de Gobierno Municipal, señor Gobernador. Y no creerle mucho al papel porque él soporta todo. Hay que ir a la fuente para untarse, para escuchar, para palpar, para mirar, para sentir la verdad que a veces dista mucho de lo que dicen las fuentes oficiales.

Por ejemplo, que las ayudas no están llegando a los damnificados sino a gente que no sabe lo que es padecerlo porque sus capacidades económicas lo blindan de toda calamidad pero paradójicamente el censo fue ‘generoso’ con ellos y muchos que de verdad lo han perdido todo no les han dado nada porque no aparecen censados. ¡Bendito sea Dios!

El corregimiento de San Fernando, por ejemplo, entre sus muchos males, está padeciendo sin el servicio de agua desde la segunda semana del pasado mes de diciembre. El alcalde no hace nada y seguro eso no se lo comentó a usted, señor Gobernador, ni siquiera en el paréntesis de su baile de carnaval. San Fernando, que es el primer corregimiento del municipio de Santa Ana, nunca ha tenido vías que puedan llamarse así, sino trochas peores que las del siglo XVII, y mucho menos ahora con la pasada ola invernal, y el alcalde hace cositas cuando la comunidad sanfernandera se satura de tanta ineficiencia municipal y le reclama. Pero son paños de agua tibia

¿Por qué no se adentró en el municipio, señor Gobernador, para que hubiera vivido siquiera por un segundo lo mismo que viven nuestros pobladores desde toda una eternidad? El municipio de Santa Ana no es solamente el Palacio de Gobierno y sus alrededores, señor Gobernador. Es todo un pueblo que clama porque sus necesidades al menos sean escuchadas. Pero si no son escuchadas por el señor Alcalde y nuestros derechos no son defendidos siquiera por el diligente Personero que por mandato constitucional debe hacerlo pero no hace nada. No sé a dónde iremos a parar. ¿Ante quién nos quejamos entonces, señor Gobernador? ¿Le rogamos a los santos del cielo?

El corregimiento de San Fernando, para su información, señor Gobernador encargado, está inundado desde el mes de julio de 2010. Y desde mucho antes estamos a la deriva sin la ayuda municipal, cosa que para nosotros es normal. Ya nos cansamos de esperar un milagro de la Alcaldía local. Pero sí esperábamos un gesto de su parte, señor Gobernador.

¿Si le comentó, el señor Alcalde de Santa Ana, señor Gobernador, que los niños en San Fernando enferman al igual que los ancianos, que no hay médicos en el puesto de Salud y mucho menos medicamentos? ¿O es que esta ocasión sólo era para fiesta y parranda y hay que esperar otra ocasión en ‘octiembre’ cuando usted vuelva, señor Gobernador, para hablar ‘en serio’?

Bueno, al menos hay que darle las gracias al señor Gobernador porque puso a hacer algo a la policía de Santa Ana, una vez al año creo que no les haga daño…

Ojalá en lo poco o en lo mucho que le falta por entregar ese cargo, el sur del departamento del Magdalena sienta que por fin hay en Tayrona alguien que sirva, que hace algo por esta región del sur, y a quien se le puede dar todas las Pony Maltas del mundo.

En el argot deportivo dicen que la Pony Malta sólo es digna de tomarla un verdadero campeón, un líder, alguien comprometido con una buena y justa causa. Dios quiera que ese sea usted, señor Gobernador.

Aunque también, señor Gobernador, podemos esperar que su paso por ese Palacio donde se ha cocinado tanta corrupción en todos los periodos de los anteriores funcionarios elegidos popularmente, sea igual al común denominador de sus antecesores: un fracaso

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