¿Universidad del Magdalena o de Santa Marta?

Columnas de Opinión
Tamaño Letra
  • Smaller Small Medium Big Bigger

Escrito por:

Edward Torres Ruidiaz

Edward Torres Ruidiaz

Columna: Opinión

e-mail: bancoverde@gmail.com



Mientras la Universidad del Magdalena apenas hace presencia en la ciudad de Santa Marta, la Universidad del Valle posee diez (10) sedes distribuidas  a lo largo del departamento que equitativamente llevan la educación universitaria a toda la población.

El mismo criterio lo aplica la Universidad de Antioquia a través de sus diez (10) sedes en diferentes municipios de ese departamento y La Universidad Industrial de Santander – UIS – que hace presencia en cinco (5) diferentes municipios de Santander.  Y estamos hablando de tres de las mejores universidades públicas del país.

Igualmente, la Universidad de La Guajira posee cuatro (4) sedes en diferentes municipios y la de Boyacá en tres (3) municipios de ese departamento y en Yopal y Bogotá en otros departamentos. Y estamos hablando de universidades con menos presupuesto y antigüedad que la Universidad del Magdalena.

Sucede igual con el Sena: Mientras Huila distribuye sus cinco (5) centros de formación en cinco municipios distintos, Bolívar y Magdalena centralizan sus seis (6) sedes solo en Cartagena y Santa Marta.

Por supuesto esta inequidad en la distribución geográfica de las universidades se traslada a los indicadores de educación superior de la capital y el resto de municipios: Santa Marta posee el 77% de cobertura frente al 1,3% del resto de municipios del Magdalena, mientras en Antioquia la cobertura de Apartadó es del 41% y el resto de municipios del 10% y para el resto de municipios de La Guajira es del 13.9%. Además, ninguno de los cupos ofrecidos en el sur del Magdalena es presencial sino programas a distancia. Sin duda, mucho tiene que ver esta inequidad con la extrema pobreza del sur de Bolívar y Magdalena.

Hoy la descentralización de la educación universitaria a otras subregiones va más allá de la decisión de inversión de las propias universidades y se convierte en una política pública de las respectivas gobernaciones, como es el caso de la Gobernación de Antioquia que aportó $10 mil de los $17 mil millones que costó a la Universidad de Antioquia la sede de El Carmen de Viboral y de la Gobernación del Atlántico que puso de su presupuesto los $16 mil millones que costó la Universidad de Suán.

La construcción de la universidad en el municipio de El Banco es un proyecto de verdadero impacto regional. Para los 25 municipios del área de influencia bajaría la actual distancia de 326 Km a 53 Km en promedio, permitiendo la estadía de los estudiantes en su propio hogar y disminuyendo a la cuarta parte sus costos de acceso. El Banco, región universitaria sería el inicio de un modelo subregional de oferta de servicios institucionales con efecto multiplicador a todos los sectores.

No va a ser fácil. Habrá que superar la paquidermia en la decisión de recursos del Consejo Superior de la Universidad del Magdalena. No sería justo frente a los miles de millones que los municipios del sur le aportan a la Unimagdalena por concepto de estampilla, a su derecho a participar de las transferencias nacionales que recibe la universidad ni frente a la injusticia de hoy estarse gastando $2 mil millones en el arreglo de la calle de acceso a la Universidad y otros gastos más suntuarios. En algún momento el Ministerio de Educación planteará el falso dilema entre invertir en más calidad o más sedes o más. Sería un sofisma frente a la enorme evidencia del atraso social que ha ocasionado a los municipios más apartados la ausencia de la educación superior y la barrera de la distancia. Y en cuanto al tema de recursos, la construcción de una universidad que atienda a los 5.300 bachilleres que se gradúan cada año en la subregión más pobre del país, es poco frente a sus beneficios y a los miles de millones que ha gastado este gobierno en nuevos ministerios para sus “acuerdos programáticos” o frente a los millonarios contratos de Natalia Springer.

En su visita a El Banco en días pasados la gobernadora Cotes pudo palpar el sentimiento de apremio de los banqueños por su universidad y sabe que tiene la oportunidad de darle vuelta a esta inequidad. El Sistema General de Regalías sería una buena alternativa de cofinanciación.

Pero hace rato que las directivas de la Unimagdalena dicen que la construcción de la sede para El Banco va, pero hasta ahora ni recursos, ni cronograma, ni contrato, ni nada. Y en semana de pasión, hasta no ver no creer.