La dama de la Corte

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Escrito por:

Jairo Franco Salas

Jairo Franco Salas

Columna: Opinión

e-mail: jairofrancos@hotmail.com



Más de seis meses permaneció la Corte Suprema de Justicia de Colombia, incompleta, en total desacuerdo; por tal razón no había armonía y el atraso en los procesos notorio por no fallar al faltar integrantes que por muchos factores no eran elegidos.

 

Vientos de justicia razonada llegaron y permanecieron en el máximo tribunal de justicia del país y se llenaron las vacantes. Siete nuevos magistrados fueron elegidos por la misma Corte, resuelto este caso, Colombia espera asuman con responsabilidad incalculables y diferentes procesos que a esa instancia llegan.

Dentro de los juristas escogidos se encuentra la magistrada barranquillera, Margarita Cabello Blanco, quien asume la presidencia de la Corte Suprema de Justicia; ella pertenece a la Sala Civil. La dama de la Corte es egresada de la C.V.C: Corporación Universitaria de la Costa; es además especialista en Derecho de Familia y en Derecho Procesal. La presidenta de la Corte es magistrada de la Sala Civil desde 2012. La jurista reemplazó al  magistrado Pedro Munar Cadena. En sus inicios se desempeñó como jueza penal de Sabanalarga, Atlántico; también, jueza de menores y jueza civil del Circuito de Barranquilla, hasta llegar a la magistratura del Tribunal Superior de Barranquilla. Se ha desempeñado como docente universitaria y delegada de la Sala Disciplinaria de la Procuraduría General de la Nación.

La magistrada Margarita asume el cargo en el preciso momento cuando hay que destrabar varios asuntos de su competencia. Se posesiona en un cargo directriz, que muchos hombres pretendían. La elección de la dama de la Corte es relevante, especialmente en este mes cuando se le reconoce y celebra a la mujer; dándose a entender que quienes la eligieron están ponderando a la mujer por un verdadero cambio con participación, decisión y transparencia.

¿Existe en Colombia participación de género en el momento? No; pero comienza a romperse eso que no se da la participación de género. Se discrimina cuando se vislumbra un escenario de desequilibrio estructural, en donde el hombre pretende ser elegido como el mejor sin tener en cuenta las virtudes y bondades del sexo opuesto. Este desnivel debe ajustarse a parámetros de competencia, cuando la misma mujer empieza a romper paradigmas o esquemas establecidos y se abre paso con iguales condiciones que el hombre, demostrando que sí es capaz.

Compartimos el hecho de la elección de la magistrada Margarita Cabello Blanco en este cargo, es bastante significativo para ella y el sexo femenino, que se ha ganado por su capacidad y valores, además representando a la mujer de la costa Atlántica y con acierto para el panorama jurídico la llamamos respetuosamente la Dama de la Corte.

La Corte Suprema de Justicia integrada por 23 magistrados es fundamentalmente una sala de casación que mediante sus decisiones unifica la jurisprudencia nacional y decide de forma definitiva los litigios de los cuales tiene conocimiento; entre las funciones que tiene están: juzgar al Presidente de la República y los diferentes magistrados, al Fiscal General de la Nación; también investigar y juzgar a los miembros del Congreso, al Procurador General de la Nación, Defensor del Pueblo, entre otras.

Resulta pertinente manifestar que la Academia, con ocasión de la elección de una mujer como presidenta de la Corte Suprema de Justicia, debe al máximo socializar activamente en debates alusivos a la igualdad de oportunidades entre géneros. Discutir, analizar y desterrar del panorama hechos que a las claras demuestran la situación desventajosa que vive hoy la mujer.

Desde esta columna de opinión impulsamos, propiciamos campañas que sirvan de vehículo multiplicador para generar condiciones que promuevan y consoliden la igualdad de géneros dentro de las dimensiones colectivas, individuales y morales.

Finalizando, la mujer no es el sexo débil y el ser frágil que algunos pregonan por costumbrismo, mejor dicho por el machismo; en esta oportunidad lo demuestra la Presidenta de la Corte Suprema; la mujer le apuesta al desarrollo competitivo armónico en todos los niveles, en capacidad mental, académica y otros.