Efectivamente la gestión de ahorro voluntario de energía debe estar a cargo de todos los ciudadanos nacionales al igual que los extranjeros residentes en el país; así evitaremos un racionamiento general en este importante servicio y los consecuentes inconvenientes y hasta problemas económicos.
Claro está que en el ahorro voluntario de energía también deben estar seriamente comprometidos los responsables de todas las entidades del Gobierno y en las empresas e industria.
La anterior aseveración se debe a que en muchas entidades gubernamentales el ahorro no se cumple cabalmente y los ejemplos están a la vista en los Centros Administrativos Nacional, (CAN), y en el Distrital; también en el llamado Edificio “San Agustín” y en el Edificio Liévano, centro de la capital colombiana, donde funcionan el Ministerio de Hacienda y la sede principal de la alcaldía, respectivamente.
En las horas de la noche, en los referidos sitios, se ve que el servicio de energía no se suspende; es decir, no existe absolutamente nada de ahorro.
Además en muchos sectores de la mayoría de las principales ciudades colombianas y en algunos municipios el servicio de alumbrado público no se suspende en las horas del día.
Entonces el ahorro de energía eléctrica debe estar a cargo de los que habitamos esta Nación y también en todas las sedes de las entidades del gobierno y en las empresas e industrias.