"El ciudadano debe entender que no puede seguir siendo un testigo mudo e indiferente del deterioro de la vida social, económica y política del Departamento".
La posibilidad popular de escoger sus gobernantes para el elector, es una prerrogativa que trasciende lo constitucional.
Es un derecho natural donde el ciudadano más allá de su renta o bienes, debe elegir aquel candidato que ofrece una actitud distinta frente a la administración pública. Gobierno Departamental que no ha tenido las mejores calificaciones, incumpliendo las promesas de campaña.
Los problemas que aquejan al Departamento permiten analizar la utilidad que el elector debe darle a su voto, siendo de suma importancia si queremos desde nuestra conciencia enrutarnos junto con las demás regiones de frente al desarrollo mancomunado.
Sin lugar a dudas, el voto programático es un catalizador para la transformación de la conciencia ciudadana, para mejorar la capacidad de análisis político y para consolidar el compromiso con el destino colectivo, y, complementariamente, para impulsar la participación comunitaria en la cogestión del desarrollo municipal y departamental.
El ciudadano debe entender que no puede seguir siendo un testigo mudo e indiferente del deterioro de la vida social, económica y política del Departamento.
Si algo ha nutrido el creciente abstencionismo que socava la legitimidad de las instituciones, es la opinión, compartida por amplios sectores de la comunidad, según la cual las actuaciones de los elegidos no corresponden a las promesas de las campañas electorales. Equivocaciones que la ciudadanía guajira no debe volver a tener, exponiendo la oportunidad de calificar las gestiones y resultados frente a las urnas.
Necesario se hace que frente al histórico incumplimiento de nuestros gobernantes, la abstención disminuya este 30 de octubre combatiendo desde las urnas los problemas que azotan a la región.
La mayor responsabilidad de los ciudadanos, apuntala en saber escoger un buen candidato dentro de la baraja ofrecida. Radica en que no sólo permita que su conciencia se mine vendiéndola al mejor postor, sino razonando frente a la trayectoria y experiencia administrativa que se ha tenido cuando se ha detentado el poder en otro escenario.
Es momento para que el Departamento pueda empezar a crecer generando un nuevo espacio, donde las oportunidades cercenadas se liberen y las circunstancias que han llevado al relego regional que tenemos, se vuelvan a encauzar ganando nuevamente el liderazgo perdido durante los últimos 20 años. Los guajiros no queremos más de lo mismo.
{jathumbnail off}