Hace poco tuvo lugar en Santa Clara, California, el juego del Súper Tazón o Superbowl número 50. Los deportes me interesan poco, pero hay otros aspectos relacionados con estos eventos que si despiertan mi interés.
El juego se realizó en el estadio Levi's que es la casa de los 49ers de San Francisco. Este es un estadio con todas las de la ley y se construyó en menos de dos años. A su vez para promover el evento, en la ciudad de San Francisco se construyó en una semana una ciudadela llamada Superbowl City, que generó millones de dólares para la ciudad. Todo fue preparado con mucho cuidado: transporte público, seguridad durante el evento y en las ciudades y sitios aledaños antes del evento, centro de reacción para cualquier tipo de emergencia, y en fin planeación y ejecución impecables.
Los comerciantes hicieron su agosto con todas las ventas de merchandising asociado con el juego, y para aquellos comerciantes que se vieron afectados en sus ingresos por la construcción de Superbowl City, la ciudad los va a compensar porque los ingresos dieron para todo. Esto sin mencionar todos los ingresos producto por concepto de televisión. Toda una danza multimillonaria.
Cuando uno compara esto con lo que está sucediendo en Santa Marta, con los famosos juegos bolivarianos, a uno le da rabia. Amenazan que si las obras del estadio no han comenzado para abril, la sede se mueve a otro lado; a los cual el alcalde responde que lo va a financiar Findeter y que si se va a construir. A estas alturas no sabemos para donde va este cuento. Ya en una columna anterior expresé mi desacuerdo con la realización de estos juegos por no ser el momento, y como no hay mal que por bien no venga, ojala se lleven la sede a otro lado. Santa Marta tiene otros problemas en los que debe enfocarse, y un gobierno entrante, que por su condición no tiene la capacidad de ejecutar rápidamente, es una mala combinación. Sugerí también que deberíamos enfocarnos en la celebración de los 500 años. Sigo pensando igual.
Es frustrante que muchas de las obras que nos han prometido, nada que arrancan. La lista es larga pero para recordar los más emblemáticos, están el Teatro Santa Marta, el Camellón de El Rodadero y el de Santa Marta, la recuperación del Centro Histórico, un nuevo estadio y un nuevo complejo deportivo. La disculpa es que no se consigue la financiación, y si no es esta, es cualquier otra excusa pero la verdad es que es un problema de real liderazgo. Demasiada chachara y nada de acción. ¡Cómo nos hace falta otro Pepe Vives de Andreis! En su paso por la gobernación del Magdalena dejó obras a lo largo y ancho del departamento. Y ahora resulta que a los alcaldes y gobernadores de estos tiempos no les alcanzan cuatro años.
No hace falta más tiempo sino verdaderos líderes que tengan el coraje de actuar y de hacer las cosas bien y sin tantas pendejadas. La sociedad y sus problemas no dan espera. Cierto es que parte de la parálisis administrativa puede atribuirse a que nuestro sistema político se ha pervertido significativamente desde las épocas de Pepe Vives, pero esto no es suficiente para justificar tanta inacción. Nos hemos acostumbrado tanto a la incompetencia y a la mediocridad, que cualquier alcalde que haga algo medio decente es considerado un gran gobernante. Di el ejemplo reciente de lo que sucedió en San Francisco y Santa Clara en California. Se planea y se ejecuta eficientemente, y eso que no les mencioné el nuevo Bay Bridge que une la ciudad de Oakland con San Francisco.
Tenemos que comenzar a llamar las cosas por su nombre, y el problema del departamento y de la ciudad de Santa Marta, es falta de buen liderazgo. Los magdalenenses y los samarios estamos cansados de escuchar excuso de por qué es que no avanzamos, y de por qué no se hacen las cosas. Como ciudadanos tenemos que aprender a exigir para que nuestros dirigentes se pellizquen.
Por: German Vives Franco
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