Reflexiones sobre la ética social

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Escrito por:

Alfonso Lopez Carrascal

Alfonso Lopez Carrascal

Columna: Pedagogía Constitucional

e-mail: lopezcarrascal@yahoo.com



No podemos pensar en presente sin tener en cuenta la ética macondiana, que hiciera famosa nuestro meritorio premio Nobel cuando en boca de Aureliano Buendía.

 

Éste señala que los habitantes de Macondo fueron perdiendo la memoria y no sabían para qué eran las cosas permitiendo a Aureliano de marcar las cosas con su nombre y cuando había olvido de su función les colocaba para qué servían.

Entonces si se veía una vaca, se recordaba que daba leche, que la leche se revolvía con café  y se hacía entonces café con leche.

Con el recuerdo del pasado nos pasa algo similar. No queremos recordar nada que nos hiera del pasado. Sin embargo y no obstante esa amnesia social nos permitimos planificar para el futuro y perdonamos todo pasado especialmente en materia política.

Podemos decir que no hay un concepto claro de la ética civil o personal y con mayor razón la ética social, no obstante que nuestra Carta Política establece una moral social en que el sentido de solidaridad se hace fundamental de cumplir. Nuestra sociedad es de carácter mestizo porque es la simbiosis de distintas culturas como la española, la árabe, la judía, la africana, la india y otras más. Para que haya una interconexión entre ellas debe haber una interrelación de valores y del respeto por la diferencia para que haya la debida convivencia.

El mestizaje es el producto de ese intercambio de culturas. El proceso de globalización, utilizando medios como la televisión y otros aspectos tecnológicos ha mediatizado y menguado el poder de lucha que nos llevaba a la violencia, La globalización impone una ética social, de solidaridad y de respeto por el derecho ajeno.

Si queremos paz  como lo recordaba Benito Juárez, debe haber respeto por el derecho ajeno, Si en ese respeto no puede haber convivencia y pensemos  sin que constituya forma animalista que una persona en un pequeño apartamento alquilado tenga una serie de gatos que merodean en las casas vecinas, Puede ser eso convivencia? De ninguna manera si no hay una ética civil y social. Esos son fenómenos que originan violencia y que se pierde la paz social.

No hay necesidad que intervenga arbitralmente la autoridad ya que nosotros mismos debemos ejercer un autocontrol sobre nuestros propios actos personales, familiares y sociales. La guerra fría también es otra forma sicológica de violencia.

Dentro de esa ética social debemos fomentar la convivencia y la política del buen vecino. No hay que desconocer que la moral religiosa ha jugado un papel importante pero no debemos olvidar que la religión cualquiera que sea su bandera no puede ser impuesta a la fuerza porque se malogra la ética social que debemos mantener en todo momento de nuestra vida social, pública y política. Es un deber ser.

Nuestra Constitución Política de 1991 quiso ser flexible y servir de puente para que no hubiera una religión que tuviera mejores privilegios que otra. Nuestra Carta invoca la protección de Dios pero no se casa o compromete con ninguna religión en particular como lo fue con anterioridad la Carta que nos rige.

Nuestro ejercicio de la libertad llega hasta donde comienza la del prójimo.

No somos personas sueltas en el mundo y lo que le pase al otro nos debe pasar a nosotros. Debe haber una ética del consenso para un mundo que cambia constantemente imponiendo el deber desde el hogar, la escuela, el colegio, la universidad y la misma vida fomentar una cultura de valores, porque si vemos una de las causas de nuestra delincuencia de sangre es la intolerancia. Una ética social debe permear toda nuestra estructura política, económica y social y si pensamos dentro de una economía de mercado hay que pensar que no se puede excluir a las mayoría de bienes y servicios porque indudablemente debe haber un mercado humanista y los que tengan capital empresarial, montar fuentes de empleo ya que el desempleo nos causa mucho daño para que todo colombiano pueda libremente pasear a pie o en su carro por cualquier calle o barrio marginal si queremos que haya una ética social. Reflexionemos.

Alfonso López Carrascal
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