Ya se viene la Fiesta de Reyes. Y con ella nos es permitido pedir los deseos para el año 2016. Según nos encontremos en alguna de las etapas de la vida, el deseo será diferente. El adulto mayor pedirá sin duda salud. El de mediana edad trabajo y vicisitudes para resolver.
El joven pedirá oportunidades, para estudiar o para iniciar su vida laboral. El niño pedirá juguetes. En esta columna, sin embargo, los deseos son para el bienestar de Colombia. Así, si a Colombia le va bien en el 2016, habrá inversión, trabajo y consumo y con ello bienestar para todos.
Por eso los deseos para Colombia en el 2016 son varios.
En primer lugar que la economía Colombiana salga de la postración en la que la dejó el petróleo.
Más de 10 años de enfermedad holandesa debilitó la industria y el agro. Los artículos importados baratos dejaron a los hogares sobre endeudados. También golpearon la producción nacional, dejando a varias empresas fuera del "ring". Finalmente la cosa se reversó.
No es que no me gusten los "commodities" y las regalías y las divisas que por ellos se obtienen para el país. El problema es la manera como se manejó la bonanza. Se aumentaron los gastos de funcionamiento del Estado y se repartió el presupuesto nacional y local en "contraticos", o como dicen en "mermelada", lo cual no se puede considerar como inversión que mejore la competitividad del país.
No se invirtió o ahorró. Se malgastó. Ahora toca salir de la postración. Por ello deseo que se reactiven la industria y las exportaciones (diferentes a las de los "commodities") y que Colombia logre, al menos, una tasa de crecimiento del PIB del 3.5% en 2016, con una tasa de desempleo menor al 8%.
En segundo lugar deseo que se haga una reforma tributaria seria. Que no se generen nuevos impuestos y cargas, sino que se repartan las mismas entre todos los contribuyentes para que la economía progrese. No se puede seguir aumentando la carga tributaria a los generadores de inversión y empleo. Tampoco se debe fortalecer la policía fiscal para fiscalizar a los de siempre.
Se debe fiscalizar a los contrabandistas y a los de la economía del efectivo, que nunca tributan y no los fiscalizan por que es más fácil fiscalizar a los de siempre. En tercer lugar deseo que haya austeridad y eficiencia en el manejo de los recursos públicos. No se les puede exigir a los contribuyentes más si el Estado no racionaliza el uso de los tributos. No se puede seguir "enmermelando" a los políticos y sus grupillos de interés y regalando cosas y casas gratis a los ciudadanos. Por eso mi cuarto deseo es que se le ponga finalmente coto a la corrupción y a la politiquería. Los recursos públicos deben ser sagrados y su uso debe ser eficiente.
Las obras deben ser realizadas, en beneficio de los ciudadanos y su bienestar y no como parte de componendas politiqueras. Finalmente, como quinto deseo, quisiera que se firmará un Acuerdo de Paz en La Habana serio y digno. Que en dicho acuerdo no se les entregue el país a los subversivos y que lo acordado no erosione las instituciones de la patria. Ojalá se cumplan mis deseos para Colombia y tengamos un 2016 lleno de bienestar para todos.
Tercio Extra: Feliz navidad y feliz año a todos los lectores de El Informador y a todo el equipo del periódico.