La Familia, una bendición

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Alberto Linero Gómez

Alberto Linero Gómez

Columna: Orando y viviendo

e-mail: palbertojose@hotmail.com



Se dice que detrás de todo gran hombre hay una gran mujer, y aunque estoy parcialmente de acuerdo con eso, no siento que pueda decirse lo mismo de toda gran mujer, no sé si todas tengan un gran hombre que ha estado pendiente de ellas, o dándoles cariño y apoyo constante.

 

Lo que si tengo totalmente claro es que detrás de todo gran hombre hay una gran familia. Pues nada nos marca tanto para el futuro como las personas con las que crecimos. Por eso la labor de padre o madre es tan importante y no puede ser tomada a la ligera.

Buena parte de nuestra forma de ser a lo largo de la vida, de las decisiones que tomamos, de la forma como asumimos los problemas y las dificultades, y buena parte de la manera como nos enfrentamos a los retos de la cotidianidad, está determinado por la familia que tuvimos, por la comunidad humana en la que crecimos.

Por eso quisiera que los que son padres, las que son madres, o quienes están decididos a serlo algún día, se dieran cuenta del enorme trabajo que tienen, pues van a darle forma a una vida, van a hacer que haya criterio, valores, principios, maneras de comprender el mundo, formas particulares de ver la vida, de resolver los conflictos y de relacionarse con los demás. Es demasiado lo que está en juego.

También detrás de los hombres más terribles y que más daño han causado, había una familia, que tal vez fallo en pequeñas cosas que fueron dando espacio para que otras costumbres y valores, se hicieran presente y lo cambiaran todo.

Trabajemos juntos por ser familias que marquen para el bien, para la paz, para la comprensión del otro.

Y que siendo esa clase de familias podamos decir que estamos detrás de seres humanos increíbles y llenos de cosas por darle a este mundo.

Trabajemos por ser la clase de familia que es capaz de dar rumbo, orientación y dirección a sus miembros, y en la que todos nos acostumbremos a ser agradecidos contigo, que nos has dado todo.

La dimensión espiritual tiene que ser una gran herramienta para construir una familia sana, firme, dialogante, universal, solidaria, con expresiones de ternura e impulsadora de buenos seres humanos.

No podemos seguir despreciando la familia y atacándola desde todos lo flancos. Una familia enferma no es el espacio adecuado para que un ser humano se realice.

Es necesario, desde la dimensión espiritual, entender que no todo puede quedarse en los valores materialistas de hoy, que el amor tiene más fuerza que cualquiera riqueza, que las necesidades nos forman más que los regalos que recibimos, que la diferencia se aprende a vivir en casa, que las peleas con hermanos nos hacen entender que la violencia no es la mejor solución a los conflictos, que un beso tiene más poder que una bomba.

Eso lo aprendemos en la familia. Necesitamos familias capaces de vivir a plenitud su función.

Creer en el amor de Dios nos hace luchar por la familia y tratar de construirla de la mejor manera.
No podemos seguir viviendo en el odio, en el sin sentido, en la avaricia y en la indiferencia. Hoy es el día para pensar en tu familia. Oro por ti y te bendigo. Animo.