Saber vivir

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Alberto Linero Gómez

Alberto Linero Gómez

Columna: Orando y viviendo

e-mail: palbertojose@hotmail.com



La vida tiene que gozarse. No podemos dejar que la vida se vuelva un padecimiento y que nos cueste demasiado dolor hacerla.

 

Necesitamos aprender a disfrutar los pequeños momentos que se nos dan en la vida y en los cuales tenemos fugazmente la felicidad.

Quien no aprende a reír, a gritar de emoción, a saborear una buena comida, a dejar que el movimiento de su cuerpo al bailar exprese el gozo que hay dentro, a saber entretenerse con las situaciones de la cotidianidad no podrá ser feliz.

La felicidad no es una realidad que llega completa a nuestra vida y que nos planifica de una vez para siempre.

Esa felicidad total la tendremos en el cielo y seguro nos esforzamos en vivir rectamente, aquí en la tierra para recibirla algún día, pero mientras tanto somos capaces de disfrutar los momentos hermosos que la vida nos da.

No podemos acostumbrarnos a llorar, a sentirnos victima y a creer que todo está perdido. Es necesario abrir la mente y el corazón a la alegría que la vida también nos proporciona.

Es pertinente que sepas apreciar a las personas que están a nuestro alrededor y que buscan ayudarnos a ser felices, a conquistar la vida, a realizar nuestros sueños. Es fundamental que nos liberemos de miedos, preocupaciones y rencores que no nos dejan avanzar, no podemos ser sus esclavos.

¿Qué te divierte? Eso tiene que estar claro. Tienes que saber cuales actividades llenan tu corazón de emociones positivas y te hacen gozar cada momento.

Deben estar claras esas actividades que te recargan y que te hacen estremecer de placer y que te dan la posibilidad de vivir las cosas de una manera diferente.

No tengamos miedo de gastar el tiempo en algo que aparentemente no es productivo y no forma parte de las actividades que recomiendan los economistas del mundo.

Tienes que saberte divertir y saber que el ocio es una necesidad fundamental, y que no satisfacerla es una manera de vivir en pobreza.

Los limites de la diversión están marcados por el bien propio y el bien del hermano. No me divierto con nada que me destruya o que destruya a los que amo.

Me asusta la gente que no sabe divertirse. Son peligrosos aquellos que creen que la felicidad sólo está en el cielo y que aquí solo hay que sufrir y llorar, es mejor estar lejos de ellos. La espiritualidad contempla el saber gozar la vida, el saber reír.

Esos que sólo rezan y creen que todo se acaba en el limite del culto del templo no han entendido que el amor de Dios revelado en el Abba nos compromete con la vida toda y nos hace disfrutar cada experiencia de las que tenemos; sabiendo cuales son nuestras opciones fundamentales.

Siempre imagino a Jesús con una carcajada y unos ojos llenos de felicidad, lo imagino disfrutando de un beso a su madre María, de una broma con sus amigos-apóstoles, y vibrando por la armonía con el Padre Dios en un buen momento de oración. Creo que eso significa estar lleno de la alegría del Espíritu Santo (Lucas 21,10). No te dé miedo disfrutar la vida para eso te la dio Dios. Animo.

Te deseo todo lo bueno y oro por ti. Bendiciones.