El mundo cambiará ¿Y las Farc y el Gobierno?

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El Pájaro de Perogrullo

El Pájaro de Perogrullo

Columna: Opinión

e-mail: jplievano@outlook.com



En estos días de turbulencia internacional, un dirigente español, en respuesta a si se le debía declarar la guerra al Estado Islámico ("EI"), manifestó que detestaba mucho la guerra, pero que más que la guerra, detestaba aún más al terrorismo y que se debía escoger el mal menor.

 

 En este maremágnum de desconcierto, dolor y enojo que ha dejado los ataques terroristas en París, lo único claro que tienen los dirigentes europeos es la unidad y apoyo a Francia y a la lucha antiterrorista. Francia activó por primera vez la cláusula de defensa común de la Unión Europea. Dicha cláusula indica que "[s]i un estado miembro es objeto de una agresión armada en su territorio, los demás estados miembros le deberán ayuda y asistencia con todos los medios a su alcance (…).Prefirió activar este mecanismo en lugar del mecanismo de la Otan, entidad que sí es un organismo militar y de defensa común, que contiene igualmente una cláusula que indica que "[l]as Partes convienen en que un ataque (…) ocurrido en Europa o en América del Norte, será considerado como un ataque dirigido contra todas, y, (…) cada una de ellas (…) asistirá a la Parte o Partes atacadas tomando individualmente, y de acuerdo con las otras, las medidas que juzgue necesarias (…)".Lo cierto es que Francia está haciendo y hará uso de todos los mecanismos a su alcance, diplomáticos y el uso de su ejercito (ya realizó ataques aéreos en Siria), al igual que el empleo de la policía y los servicios secretos, con el propósito de proteger a sus ciudadanos y a su territorio del terrorismo. Inclusive, mediante facultades extraordinarias, ha realizado allanamientos sin orden judicial, restringiendo así derechos y libertades individuales.

 De inmediato encontró apoyo en sus vecinos, España, Alemania, el Reino Unido y Bélgica y veremos en el corto plazo como todo cambia. Incluso, los dirigentes franceses han indicado la necesidad de revisar el Acuerdo Schengen, lo cual implicaría poner restricciones de circulación dentro de la Unión Europea, con un claro perjuicio para los negocios. Todo esto no es más que el abrebocas de lo que se viene. Estados Unidos cambió después de los ataques a las torres gemelas. Europa había tenido episodios terroristas aislados. Lo de París es la gota que derramó la copa. Las cosas son y serán diferentes ahora.

 El EI no es realmente una organización religiosa "per se" a la luz del mundo occidental; es un grupo de terroristas que vive del narcotráfico, el tráfico de antigüedades y órganos, la extorsión, el petróleo (recursos naturales) y de explotar por supuesto ideas religiosas fundamentalistas. Busca el poder a través del terror con el fin de imponer al mundo árabe musulmán un califato único y fundamentalista. Es un grupo terrorista que se apoya en ciertos ideales políticos y religiosos y alimenta a sus seguidores con un discurso de reivindicaciones sociales y religiosas. Sacándole el aspecto religioso, cualquier parecido con las Farc es una simple coincidencia.

Todo lo ocurrido implicará que en el contexto internacional habrá cero tolerancia a organizaciones terroristas. Las Farc no serán vistas, ni siquiera por las organizaciones de izquierda europeas, como un grupo político merecedor de respeto y vocero de reivindicaciones sociales justas, sino por lo que en su esencia es: un grupo narcoterrorista al que hay que aislar y acabar como el EI. La política es como la moda, va y viene, y el péndulo de la tolerancia a las Farc a nivel internacional se está devolviendo más rápido de lo que avanzan las conversaciones en La Habana.  Y lo que se acuerde no podrá ser ajeno a lo sucedido y deberá encuadrar en el nuevo mundo después de los atentados de París.