Arde París y se estremece Europa ante la irracionalidad yihadista

Columnas de Opinión
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Escrito por:

José Noriega

José Noriega

Columna: Opinión

e-mail: jmartinnoriega@hotmail.com



"Lo maravilloso de la guerra es que cada jefe de asesinos hace bendecir sus banderas e invocar solemnemente a Dios antes de lanzarse a exterminar a su prójimo". (Voltaire) Filósofo y escritor francés.

 

Lo ocurrido en Paris ha dejado a occidente bajo una estela de horror y mantiene al mundo en máximo estado de alerta ante la irracionalidad del denominado Estado Islámico que ha enfilado baterías contra países que considera que se entrometen demasiado en el territorio de Siria, de donde se deriva su existencia y han sentenciado que atacarán sin piedad y sin descanso hasta arrinconara a occidente y de esa manera los dejen tranquilos en la creación y afianzamiento de un califato que abarque todo Oriente Próximo y así rememorar su existencia entre los años 711 y 1492, todo ello bajo el poder musulmán y liderazgo de Abu Al Baghdadi, quien se siente ungido y elegido como un delegado del profeta Mahoma en la tierra.

Frente a los hechos ocurrido en París, ciudad que quedó bajo el fuego producto del demencial ataque emprendido por esos fundamentalistas que insisten en atacar de manera irracional a quienes consideran como enemigos, quienes conjuntamente con los rusos han perpetrado ataques en los últimos días en territorio sirio y con ello occidente está recibiendo un bélico mensaje sobre su capacidad de reacción para defender a su pueblo de la intromisión extranjera que sigue manteniendo en llamas el polvorín de esa región en donde cada día ocurren hechos de esta naturaleza y sobre los cuales, según su apreciación, desde el oro lado del mundo nadie hace absolutamente nada y pareciera no importarles su desdicha.

El presidente de Francia, Francois Hollande, quien estaba en las tribunas del estadio de Saint Denis, a pocos metros desde donde atacó uno de los comandos terroristas, manifestó que ese hecho era considerado como un acto de guerra, un hecho de barbarie, cometido por el Estado Islámico y ante ello Francia será implacable y sus fuerzas de seguridad interior y el ejercito están movilizados al más alto nivel de sus posibilidades y aseveró que defenderán la patria y no tendrán ninguna compasión contras sus responsables y horas después la aviación gala la emprendió contra el Estado Islámico y bombardeo parte de su territorio en Siria..

Como para evitar duda alguna de la ejecución de esos irracionales actos, instantes después de la tragedia, voceros del Estado Islámico se arrogaron la responsabilidad en los hechos y proclamaron que "ocho hermanos con cinturones explosivos y rifles de asalto" llevaron a cabo "un bendito ataque contra la Francia cruzada" y ello era "para enseñar a Francia, y a todas las naciones que siguen su camino, que permanecerán en lo más alto de la lista de blancos del Estado Islámico, y que el olor a muerte no se irá de sus narices hasta que dejen de participar en su campaña cruzada".

Como consecuencia de esos ataques, las primeras investigaciones empezaron a dar fruto y han ido apareciendo pistas para determinar con exactitud cómo se organizó y ejecutó el plan de las masacres y han identificados algunos integrantes de esa conexión terrorista, al punto que los contactos traspasaron las fronteras y llegaron hasta Bélgica y es a partir de allí de donde se ha desprendido una maratónica cadena de inteligencia en donde están involucradas las agencias de seguridad europea y cuyo propósito es asestar su más efectivo golpe a esas células yihadistas enquistadas en el corazón de la patria insignia de la libertad y el país que más generosidad aplica al momento de aceptar refugiados.

La ciudad de París, considerada la capital del turismo mundial, ha sentido el cruento impacto de esos descabellados actos y rápidamente se ha ido reponiendo de semejante mazazo y el común denominador de la sociedad es que no hay miedo y que como patria y suelo donde se dio la génesis de la libertad, uno de los símbolos de la Revolución Francesa, se levantarán de esta tragedia, recompondrán el camino y seguirán la vida, obviamente que buscando a los responsables y aplicarles las sanciones que sean necesarias, siempre con el propósito de no flaquear ante el fanatismo propio de los fundamentalistas que persisten e insisten en desbordar sus irreflexivos sentimientos contra todo aquello que no les huela a islamismo y quienes continúan atacando en nombre de sus creencias religiosas.

Lo más preocupante de esta situación es que la vulnerabilidad de Europa es cada vez más evidente y aunque el mundo occidental está en máxima alerta, no es menos cierto que estos desadaptados sociales y espirituales tienen suficiente fuerzas y arrestos para seguir haciendo daño y despedazando ilusiones de muchísimas personas que no entienden cuál es la razón de ese comportamiento bárbaro y sangriento.

Por: José Martín Noriega
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