Cada día es evidente que muchos funcionarios públicos a quienes ya sea por recomendación política o palanca o méritos, es designado en una importante entidad del Estado, a algunos de ellos se les da por abusar claramente de lo que es lo público y sus deberes y derechos.
El caso de la Directora Nacional de Caprecom quien renunció el pasado viernes, es elocuente. Según las denuncias de varios medios de comunicación, la señora en mención, tenía perros de su propiedad en la entidad y colocaba a sus trabajadores a limpiarles sus mugres y a cuidarlos.
Son demasiados los funcionarios que abusan del poder. A algunos les asignan escoltas y sus jefes los colocan de "canesteros", es decir acompañar a las esposas a hacer compras en el supermercado. Otros abusan de ellos soltándolos tarde muy tarde y exigiéndoles que lleguen bien temprano a buscarlos. Ni qué expresar cómo tratan a las señoras de los tintos, también de forma altanera y miserable.
Si usted se asoma por la Plaza de Bolívar de Bogotá ve a cantidad de magistrados y congresistas con un sequito de escoltas y con una altives impresionante. Me decía alguna vez un periodista argentino que en su país los congresistas cogen metro y se quedó impresionado por la cantidad de prerrogativas que tiene los funcionarios públicos en nuestro país.
Nos arrogamos el derecho por un puesto importante a humillar y ofender a gente humilde que se gana la vida sudándola duro y parejo y a menospreciar el valor de lo que significa lo público en una verdadera democracia.
Ñapa. Una más para el Ministro de Salud con el tema de la venta de cannabis para temas de salud. Estábamos en mora de hacerlo. El único lunar de Alejandro Gaviria, es que no se le metió a fondo a reformar la Ley 100, que es un verdadero fiasco.