¿Cómo ser padres de familia hoy?

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Alberto Linero Gómez

Alberto Linero Gómez

Columna: Orando y viviendo

e-mail: palbertojose@hotmail.com



¿Cómo ser un buen Padre en esta sociedad? Esta no es una pregunta fácil de responder pero si es fundamental para los que queremos vivir la vida a la manera de Jesús (Hechos 5,20) y por eso constantemente estoy reflexionando sobres ella. Propongo algunas ideas para la reflexión y la búsqueda de una respuesta a esta pregunta:

 

1. Siendo buenas personas. No se puede ser un buen papá y una mala persona. No es posible tener las mejores actitudes en la casa y las peores en la calle.

El hombre es una unidad y normalmente se expresa con las mismas actitudes en todas partes. Los hijos quieren ser como sus padres (explicita o implícitamente) y están atentos a aprender de estos.
Todo papá que quiera influir positivamente en los hijos tendrá que vivir según los valores que lo definen.

Tendrá que esforzarse por no mostrar ninguna incoherencia entre lo que dice y hace. Será necesario que las actitudes que lo caractericen a diario sean manifestaciones de bondad, de disciplina, de solidaridad, de alegría, etc.

Hay que tener presente que se influye más a los hijos cuando no tenemos la explicita intención de "educarlos" que cuando vivimos desprevenidamente con ellos.

2. Renunciar a ser los ídolos de los hijos. Ten claro que no puedes comportante como uno de los miembros de "onedirection" ni con las actitudes de Justin Bieber. Tú eres un ser humano adulto y maduro, que sabe lo importante de la disciplina, de la corrección, del diferir el placer y eso no gusta a los jóvenes.

No pretendas que ellos aplaudan tus decisiones, ya que en el momento en el que los hijos están tienen una distorsionada manera de ver la realidad y los valores. No puedes pretender estar a la misma altura emocional que tus hijos.

Eres su tutor, su guía, su Padre y tendrás que asumir un rol que a ellos en este momento no les gusta pero que es fundamental para su crecimiento personal.

3. Renunciar a la idea de ser "amigos" de tus hijos. Ellos lo que ahora menos necesitan es que tú te presentes como un cómplice amigo. De eso tienen bastante en la calle.
Ellos te necesitan con la capacidad de decir que no está bien, con la posibilidad de sancionarlos, de hacerles entender sus fallas y de asumir las consecuencias de las mismas. Tienes que ser un papá cercano, dialogante, amable y abierto pero no uno que le ayudes a tapar sus defectos o a justificarles sus delitos.

4. Diálogo y más diálogo. No se puede educar sin diálogo. La época de la imposición ya pasó, hoy es necesario escucharlo y comprender sus inquietudes y motivaciones.

Sólo así podrás realmente influir en su vida. Para dialogar hay que estar abierto y dispuesto a ceder en algunos puntos no fundamentales.

5. Vivir una seria experiencia de discipulado con Jesucristo, el Señor. Estoy convencido que sólo podremos ser verdaderos "modelos" para nuestros niños si mostramos a diario que la relación con Jesús nos hace cada día mejores personas. Necesitamos que nuestros hijos nos vean orar e invitarlos a orar a ellos con nosotros.

Es necesario participar de la celebración de los sacramentos en familia; leer la Palabra y estar en constante diálogo espiritual con los que amamos.

La experiencia religiosa no puedes ser un añadido a la vida diaria sino que tiene que la dimensión más importante y trascendental. Nuestras palabras y acciones tienen que mostrar que somos discípulos de Jesucristo.