La muerte del Che Guevara

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Gustavo Hernández López

Gustavo Hernández López

Columna: Opinión

e-mail: gusherlo@hotmail.com



El ocho de octubre  de 1967 el Ejército boliviano hirió en combate al Che Guevara, lo capturó y al día siguiente es decir el 9 de octubre se ordenó por parte del Presidente de la época General René Barrientos acabar con su vida. Se han conmemorado 48 años de su muerte.

 

Iba a ser juzgado en Santa Cruz sede de la jurisdicción de los hombres que comandaban la patrulla que entró en choque con la guerrilla guevarista. Así como se juzgó a Régis Debray el guerrillero francés.

El juicio del galo originó desórdenes, manifestaciones y protestas en Bolivia y en el exterior.

En el sentir del Mando Militar y del Jefe de las Fuerzas Institucionales, el presidente Barrientos, su prolongada detención les iba a crear un inmanejable problema de Orden Público interno y unas circunstancias de carácter internacional en su contra de grueso calibre, habida cuenta de que el mundo comunista se levantaría y organizaría movimientos internacionales contra el gobierno de turno.

Como son las cosas de la vida. Fue implacable en el Paredón que él mismo organizó en Cuba, en el cual eliminaron más de 1000 personas. Argumentaba que nunca asesinó sino que mandó ajusticiar  aplicando la justicia revolucionaria. Y también desaparece del planeta en la misma forma.

Su experiencia como combatiente no fue la mejor, por cuanto en el África fracasó y en Bolivia ocurrió lo mismo. Él decía respecto del Congo, totalmente decepcionado de que "allá todavía están colgados de los árboles".

En Bolivia al igual que entre los africanos, desconocía el terreno y  la gente. Por ejemplo en territorio boliviano en la región en que operaba quiso aprender con su tropa el quechua y ahí donde se encontraba se hablaba el guarane. No encontró eco y menos aún apoyo entre los campesinos bolivianos.  Les hablaba de reforma agraria y ellos ya la habían tenido. Los rigores del clima, el peso de la angustia lo afectaron a él y a sus hombres. Cuando quedó herido estaba con ataques de asma, excesivamente cansado y desmoralizado.

En las escaramuzas, golpes de mano y enfrentamientos de la guerrilla con el Ejército boliviano, se observan dos facciones armadas de poca eficacia operacional.  Con mandos inexpertos en materia contra guerrillera por parte del ejército y de ninguna capacidad combativa para enfrentar a los soldados del lado subversivo.

En el diario del Che, sus relatos sin ser de una prosa fina describen  todas sus vivencias humanas, pues ellas siempre las  plasmaba en apuntes. Mostró allí esos meses en Bolivia como fatídicos. Ni siquiera el partido comunista boliviano lo acompañó sino por el contrario le creó problemas y divisiones. El gobierno cubano lo desamparó por completo. Fidel se acordó de su existencia con motivo de su muerte y en el prólogo que escribió en el Diario del Che no hizo otra cosa que elogiarlo.

Mientras el partido comunista argentino lo desprestigiaba y vituperaba, en contraste Perón desde Madrid enviaba una nota dirigida al movimiento peronista refiriéndose al Che en los siguientes términos: "Su muerte me desgarra el alma porque era uno de los nuestros, quizás el mejor: un ejemplo de conducta, desprendimiento, espíritu de sacrificio, renunciamiento".

El Che era Maoísta furibundo y por ello odiaba a los rusos. Era una piedra en el zapato para Fidel por su posición antisoviética, sobre todo por el hecho cierto de que Cuba sobrevivía gracias a la  ayuda del Kremlin. Incomodaba en La Habana. Por esa razón lo sacaron enviándolo a Bolivia. En el Líbano en una recepción que ofreció el Embajador cubano en su  honor,  empezó  a discutir con el Embajador soviético y acalorado el Che finalizó el altercado pegándole un bofetón.

Fue un marxista convencido y practicante. No era el ideólogo de ideólogos, pero su exposición leninista convencía a las masas. Era un rebelde por naturaleza con causa y sin causa. Se considera el alma de la revolución cubana y el icono revolucionario universal.

Su idealismo y su sensibilidad social afloraron desde pequeño pero como jefe, político y guerrillero fue cruel y despiadado. Siendo ideológicamente comunista, los comunistas lo abandonaron. Siendo antiperonista tuvo como su defensor al General Perón. Siendo artífice de la revolución cubana, los hermanos Castro  se olvidaron de él y lo mandaron al sacrificio de su vida en Bolivia.