El Acuerdo de Justicia Transicional: ¿Un Caballo de Troya?

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El Pájaro de Perogrullo

El Pájaro de Perogrullo

Columna: Opinión

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Muchas personas han comentado que les pareció curioso que, en el "acto solemne" de apretón de manos entre Timochenko y Santos en La Habana, Timochenko estuviera tan jocoso y contento. 

 

Con el tiempo, los comentarios y la pedagogía del Gobierno, por un lado, y las declaraciones de las Farc, por el otro, parece que entendemos el porqué de la soterrada complacencia y felicidad del jefe terrorista.

De hecho, las Farc han conseguido en unos meses de negociación en La Habana lo que no consiguieron en años con sus actos terroristas.

De un solo plumazo, en 50 nimias horas de trabajo, consiguieron que "Raimundo y todo el mundo "puedan ser llamados a rendir cuentas y ser investigados y juzgados por el Tribunal de Paz en condiciones de igualdad al terrorismo.

Consiguieron que empresarios, políticos, ex presidentes, militares y ciudadanos en general, que defendieron las instituciones y se opusieron a las Farc, puedan ser empalados sumariamente por el Tribunal. Consiguieron además la amnistía o indulto para el delito político y conexos (todo delito será delito conexo) y  penas lánguidas para delitos de lesa humanidad, sin privación de la libertad, todo ello sumado a la participación inmediata e irrestricta en política de los cabecillas de las Farc, así ellos hayan sido autores de delitos de lesa humanidad.

Vendieron con visos de razonabilidad y de fábula sinuosa, con la complicidad coautora del Gobierno, que el Acuerdo se basa en principios de justicia restaurativa, donde el centro neurálgico serán las víctimas y la reparación a las mismas, y de justicia prospectiva, conforme a que supuestamente se asegura que no habrá repetición y se tendrá un país en paz para las futuras generaciones. Esto es falaz. 

El Acuerdo en sí mismo socaba las bases del país, sus instituciones y sus futuras generaciones, al enviar el mensaje a la sociedad de que al final del día ser criminal paga y, con aplausos de reconciliación fraternal, todo se perdona. Simplemente debemos pensar y reflexionar que un país sin justicia no es posible, no es viable y no tiene futuro. Por las consecuencias que tendrá semejante basilisco en el país, el mismo me recuerda el cuento del Caballo de Troya.

Los Griegos, después de muchos años de una infructuosa guerra, abandonaron el asedio a Troya y, en su falsa retirada, dejaron como regalo un caballo de madera gigante. Los Troyanos lo tomaron como signo de victoria y lo llevaron al interior de su ciudad amurallada. Después de horas de festejo, vino y baile, descendieron del caballo unos guerreros Griegos, que asesinaron a los pocos guardias Troyanos y abrieron de par en par la puerta de la ciudad, la cual, a merced de todo el Ejército Griego, fue saqueada y destruida en cuestión de horas.

El Acuerdo como esta planteado será un Caballo de Troya por el que descenderán y se generarán situaciones y hechos que socavarán nuestras instituciones y el Estado de Derecho, por igualar a las Farc con los militares y la sociedad política y civil, por permitir el empalamiento de quienes defendieron las instituciones, por la falta de justicia y castigo a las Farc y el mensaje erróneo a la sociedad y a las futuras generaciones de que el crimen paga y por permitir la participación en política de criminales de lesa humanidad, quienes en caso de llegar al poder, no tendrán escrúpulos, ni límites, para imponer un régimen Castro-Chavistaviolador de los derechos humanos, opuesto a nuestro Estado Democrático, como no los tuvieron para cometer actos terroristas y crímenes de lesa humanidad, y en general para asesinar, violar, desplazar, secuestrar, reclutar menores, etc. La diferencia estará, sin embargo, en que nuestro propio Gobierno, los propios Troyanos, le está construyendo el caballo a las Farc.



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