Al finalizar el presente año América Latina habrá realizado cuatro eventos electorales que modificarán el mapa político de la región. Sin embargo, quienes hoy aparecen como principales protagonistas de la contienda, y eventuales ganadores, poco aportan a un cambio sustancial de las tendencias que han predominado durante la última década.
Brasil inauguró el proceso el mes pasado con Dilma Rousseff, con una valiosa herencia recibida de su antecesor, pero con inmensas expectativas de desbordar el legado. Muy difícil a primera vista, si se revisan las metas alcanzadas por el ex líder metalúrgico, pero no imposible de lograrlo. El asunto es que Brasil como ha ocurrido siempre no soporta los elementos de análisis comunes para los demás países del hemisferio.
Es muy probable, en nuestra opinión, que un aporte diferencial de la mandataria tenga que ver con un nuevo enfoque de la política internacional de los Derechos Humanos y en particular con la deprimida situación de la mujer en algunos países que son sus nuevos socios como China, lo que incidirá, sin duda, en sus vecinos del continente.
En Perú, el repitente Apra con Alan García, no parece, por lo menos por lo que se ha visto hasta ahora, que pueda continuar en Miraflores, como secuela de un gobierno que ha decepcionado las expectativas y ha sido ambivalente y confuso, aún cuando los menos críticos resaltan algunas cifras de recuperación económica.
Todo indica que el ex presidente Alejandro Toledo de Perú Posible, quien hoy se muestra a favor del aborto y de la legalización de la droga, si la tendencia se mantiene ,será el triunfador y asumirá el 28 de julio de este año.
El ex alcalde de Lima, Luis Castañeda, del viejo Apra de Haya de La Torre, de centro- derecha, sigue en el favoritismo, y Kiko Fujimori, hija del ex presidente condenado por la justicia, ocupa el tercer lugar. Ollanta Humala, fundador del Partido Nacionalista y quien ganó con su discurso antiimperialista hace cuatro años, la primera vuelta, aparece apenas con un 11 % de las simpatías populares.
Argentina, al igual que en todos los países convocados a elecciones, enfrenta serias escisiones de sus agrupaciones políticas, en particular del viejo peronismo -situación descrita con profundidad y elegancia en algunos de los últimos artículos de ese de gran argentino que se llamó Tomás Eloy Martínez-,y todo indica que al ex mandatario Ernesto Duhalde, liberal y peronista ortodoxo, quien fugazmente ocupó la Casa Rosada, tras la caída del conservador Fernando de la Rúa, no le alcanzarán los arrestos para derrotar a Cristina de Kirchner, su archirrival, a pesar de los duros reveses sufridos por ésta quien , a raíz de la inesperada muerte de su esposo, pareciera que ha fortalecido sus activos en el sentir político de su pueblo. Ricardo Alfonsín, hijo del fallecido ex presidente Raúl Alfonsín, la liberal cristiana Elisa Carrió y el centroizquierdista Fernando Solanas, también hacen sus apuestas.
Por su parte, el sandinista Daniel Ortega, uno de los bastiones en América Latina del nuevo Socialismo siglo XXI, logró hace poco que la Corte Suprema de su país, fallara a su favor para poder acceder por tercera vez a la Presidencia, lo que se da por descontado por la falta de garantías políticas a la oposición.
Y en este apretado resumen, se registra la convocatoria electoral en Guatemala para septiembre, en la que el actual presidente Álvaro Colom, quien ha navegado en las pestilentes aguas de la corrupción y politización de las instituciones judiciales, no ha tenido otra opción que dejar impotente que corra la versión difundida por Wikileaks de que su esposa lo reemplazará en el cargo….." aunque (es) poco transparente ".Historias, a veces inverosímiles, de nuestra democracia en construcción.