La equidad entre los sexos, un asunto bidireccional

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Sofía Gaviria Correa

Sofía Gaviria Correa

Columna: Opinión

e-mail: gaviriacorrea@gmail.com



A propósito del editorial de El Tiempo "Cáncer, urge un modelo integral", la semana pasada, tuvimos la satisfacción de lanzar, en el Congreso de la República, la exposición "Una mirada de apoyo", campaña nacional preventiva, cultural, artística y de reflexión contra el cáncer de próstata concebida por la Fundación Chrysos.

 

Cuando esta entidad me encomendó impulsar desde el Congreso, como embajadora de buena voluntad, estrategias para la promoción de la detección temprana de este cáncer, no dudé en aceptar la tarea, ya que, comprometida desde siempre con la lucha por la equidad entre los sexos, soy consciente de que la solidaridad entre los mismos, como la simple gramática lo indica, debe ser bidireccional.

Según el Ministerio de Salud, en Colombia, de una población de aproximadamente 24.000.000 de hombres, sólo se realizaron 14.500 biopsias de próstata, el año pasado, y, en el mismo período, fallecieron 2.400 personas por esta causa en nuestro país, lo cual equivale a, aproximadamente, una víctima fatal cada cuatro horas.  Si es alarmante que sean los mismos hombres quienes desconocen el peligro que se cierne sobre ellos y por lo tanto no se apresten a practicarse los exámenes pertinentes oportunamente, también debe inquietarnos que tampoco las mujeres nos estemos preocupando por aconsejar a nuestros seres queridos de sexo masculino para que acudan a examinarse. Es, pues, imperioso hacer un llamado no solo a todos los hombres, sino también a las mujeres del país para que nos asociemos a la lucha contra este mal que amenaza a nuestros queridos hombres y para que los instemos con insistencia a que se realicen los chequeos requeridos y a que adoptemos, hombres y mujeres, modelos de vida saludables, alejados de los factores que incrementan la posibilidad de padecer de esta y otras enfermedades, como son el consumo elevado de carnes rojas y productos lácteos con altos contenidos de grasa, el sedentarismo y el exceso de peso, el abuso del alcohol y el tabaquismo.

Siguiendo con responsabilidad esas premisas, le ahorraríamos una grandísima presión económica y de atención al sistema de salud, que redundaría en recursos para el mejor tratamiento de muchas enfermedades no preve-nibles. 

Del mismo modo, invitamos a los medios de comunicación y a las ONG a que, así como se han comprometido en la lucha contra el cáncer de seno, lo hagan con el cáncer de próstata, el más frecuente entre nuestros varones.

En el caso que nos ocupa, los hombres de 50 años de edad tienen un riesgo del 42% de tener focos microscópicos de cáncer en la próstata, mientras que en los de 80 el riesgo puede sobrepasar el 70%. Sin embargo, está científicamente comprobado que un porcentaje definitivamente favorable de los pacientes diagnosticados y tratados a tiempo, alrededor del 97%, se salvan y que muchos de ellos no padecen ninguna consecuencia ulterior. Pero lo contrario ocurre en los casos de detección tardía: el cáncer de próstata es la mayor causa de mortalidad por cáncer en hombres, después del cáncer de pulmón y del de estómago.

En conclusión, en una sociedad equitativa, tiene que ser tan grave la muerte de una mujer por un cáncer que se pudo haber detectado tempranamente, como la de un hombre.  Seamos fieles a ese principio de equidad y defendámoslo, mujeres y hombres.