Necesitamos un mejor departamento

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Saúl Herrera Henríquez

Saúl Herrera Henríquez

Columna: Opinión

e-mail: saulherrera.h@gmail.com



Luego de quince años transcurridos de este aún joven Siglo XXI, bueno como conveniente es plantearnos como hacer del Magdalena ese grande territorio que anhelamos, propósito para lo que se me ocurre como primera medida la implementación de un grande proceso de concertación al que concurran todos y cada uno de los sectores de desarrollo y las demás fuerzas vivas de nuestras cinco subregiones, con el fin de valorar con verdad nuestras potencialidades como sociedad. De la misma manera, definir nuestras oportunidades frente a la globalización, así como generar fuerzas decisorias, cohesionadas e integradoras orientadas en una misma dirección, en lo que importante será, sobre la base de lo expuesto, que auscultemos e investiguemos en detalle los casos triunfantes que pudiésemos tener en relación a la concertación y permitirnos formulaciones prospectivas, tareas realizadas con éxito en otras latitudes del país y del exterior.
Es apuntarle a desarrollar un sólido como novedoso y quizás único proceso de concertación en el departamento del Magdalena, convocando a los sectores público, privado, académico y social, válidos referentes para proyectarnos como debe ser. De la misma manera, formularnos una visión, hacer un acuerdo de futuro y ejercicios de planeación por escenarios y prospectiva. Transformarnos desde la capacidad de integrar e interpretar las aspiraciones de la comunidad como encargada de hacerla realidad, por lo que cada magdalenense debe asumir como propio tal desafío y sentirse parte de él. Abrir y afianzar los espacios de participación en los cuales la comunidad conozca y se manifieste respecto a la visión que se quiere como propuesta de futuro. Implementar una estrategia de difusión masiva y formar líderes populares como multiplicadores. Estructurar y articular el proceso con otras dependencias que trabajan en comunicación y desarrollo, como parte de esa estrategia, ya que la visión, como proceso de cohesión de la comunidad alrededor de un propósito común, debe estar en permanente construcción y en esa medida necesita del compromiso decidido de todos y cada uno de los magdalenenses, en el ilustrado que la lucha es de todos, que el camino es largo y ello obliga empezar con inmediatez.
Visión que debe estar nutrida también de unos criterios rectores, tales como permitir el debate y la toma de decisiones del inmediato al largo plazo. Definir y alcanzar cambios estructurales en las subregiones, así como la creación de eficaces empoderamientos en las subregiones y sus sectores, sobre la base de un sistema de análisis sistémico. Tener como centro y prioridad al hombre y su entorno natural. Permitir ajustes en los distintos procesos que se adelanten y hacer de la simulación un instrumento de negociación y de alianzas estratégicas nacionales e internacionales. Robustecer la sociedad civil e integrar equitativamente los sectores público, social, privado y académico. Articular el general proceso con todo el país desde lo local, departamental, regional y nacional. Tener en cuenta nuestras reales necesidades, potencialidades y posibilidades frente al mundo globalizado. Convocar cada sector y subregión, apadrinar un diseño selectivo como factor de crecimiento. Ser inteligible, diáfano y operable en las diferentes instancias de planeación, y, evitar a toda costa los protagonismos, más cuando es bien sabido que lo bien y mejor hecho tiene reconocimientos y recompensas por sí mismos.
Objetivos de esa visión han de ser: justipreciar nuestras potencialidades como región, definir con verdad y sin sobrevaloraciones nuestras oportunidades frente al mundo globalizado, crear una gran fuerza y unidad como región hacia un mismo propósito, implementar un proceso de formación y participación ciudadana dirigido hacia la construcción colectiva de futuro en contexto prospectivo. Todo lo cual, en la procura tenaz de alcanzar la tan necesaria unidad de esfuerzos para trabajar por un mismo fin con miras en el largo plazo. Igualmente buscar unificar las prioridades regionales y entrar en la lógica de establecer parangones con el resto del país y ámbito internacional. Definir puntos de convergencia entre los distintos sectores de desarrollo y establecer retos y desafíos para cada uno de los mismos, además de definir de forma y manera organizada las responsabilidades que tendrá cada esfera, nivel y categoría de los sectores público, social, académico, cívico y privado, frente al departamento del Magdalena, al tiempo de hacer en contexto de magdalenidad, conciencia mental y emocional, como necesario elemento dinamizador del desarrollo y del crecimiento generado por la propia comunidad, en el entendido que muchas veces he repetido, de que nadie hará por nosotros lo que no seamos capaces de hacer por nosotros mismos, y una vez empoderados de lo cual, ser gestores directos de nuestro propio desarrollo, crecimiento e integral prosperidad.