Alemania poderío, dominio y liderazgo en Europa

Columnas de Opinión
Tamaño Letra
  • Smaller Small Medium Big Bigger

Escrito por:

Gustavo Hernández López

Gustavo Hernández López

Columna: Opinión

e-mail: gusherlo@hotmail.com



A nadie le puede caber la menor duda de que hoy por hoy los germanos están de primeros en el territorio europeo, por su avance tecnológico, su pujanza industrial y su estabilidad económica a pesar de las crisis que ha sufrido Europa. Ciertamente en estas afectaciones financieras no se puede excluir a los teutones.
Su seguridad social es admirable, el desempleo es manejable, el progreso de sus ciudades después de que quedaron destruidas la mayoría de ellas con ocasión de la segunda guerra mundial es notable; de tal suerte que ese país se ha constituido en la locomotora que arrastra al viejo continente.
Una vez que se anexaron la Alemania Comunista y la Alemania Democrática, donde la diferencia económica, política y social entre los dos sistemas era abismal, lograron los gobiernos occidentales de Alemania, los cuales asumieron tan honda responsabilidad, equiparar a esas dos naciones separadas por su ideología, pero siempre unidas por su misma raza, sus deseos de fraternidad y la tristeza de ambos lados de la frontera, toda vez que lo único que los aislaba y alejaba, era el muro que levantaron e instauraron los regímenes comunistas del Este alemán.
Quienes tuvimos la oportunidad de conocer directamente la verdadera situación que aquejaba y padecía Alemania oriental, al salir de la cortina de hierro como se denominaba el espacio territorial comunista, volvíamos a respirar, sentíamos nuevamente la libertad pérdida durante la corta, mediana o larga permanencia en esa sociedad marxista, nos dábamos cuenta de que definitivamente en el lado occidental se apreciaba el desarrollo y la prosperidad en todo sentido y en el lado oriental la pobreza y la aflicción de sus habitantes.
Además entre los moradores orientales sin derecho a la protesta, sin siquiera decidir sobre sus asuntos personales, eran vidas frustradas y sometidas a los direccionamientos del gobierno leninista de turno, el cual siempre crea miseria, acaba y destruye y sobretodo arruga el alma de sus ciudadanos.
Por todo lo anteriormente descrito es que apenas tuvieron la manera de expresarse y manifestarse, sin que hubiera represalia policíaca, se fueron todos ancianos, mujeres, niños, es decir toda la población a estrellarse contra la valla de concreto, las alambradas, las minas y el control policivo y militar que a partir de esa oleada humana no pudo sino ser espectador de esa incontenible fuerza de un pueblo que quiere liberarse. No más muro, no más arbitrariedades, no más vejámenes, no más atrocidades. Felizmente eso ya es historia antigua y el panorama alemán es otro muy distinto, para felicidad de ellos mismos.
Actualmente la guía, el faro, el que lidera, el que indica el camino por donde deben caminar los europeos, es el gobierno alemán. Es Alemania con su Jefe de Gobierno Angela Merkel la que ayuda a superar las crisis económicas de las naciones que más han sentido y palpado esta circunstancia negativa.
El peso de los gobiernos europeos que están tratando de sortear esos días críticos en el campo social y de su economía, lo está soportando Alemania. Le tendió la mano a Portugal, a España, a Italia y también a Grecia. Estos últimos con su Primer Ministro Tsipras a la cabeza, quisieron cambiar las reglas de juego, no cumplir las medidas de austeridad y hacerse los locos con el pago de su deuda.
Ese modus operandi de resolver los griegos sus serios asuntos internos, dentro del criterio de populismo y demagogia, los está colocando en un caos político y en un anticipo de catástrofe administrativa y monetaria y de carencia de los productos de la canasta familiar.
Van a tener que aceptar gústeles o no, la reingeniería y las medidas de austeridad y rescate que les imponga la comunidad europea, esto es Alemania, pues como dicen coloquialmente no hay otra cosa que "ajustarse el cinturón." A estas alturas del paseo el Estado bienestar no aguanta más, más aún cuando no puede pagar a sus acreedores.
Angela Merkel es una líder, férrea, transparente, directa, honesta, competente, con claros propósitos para Alemania y la Comunidad Europea y que sabe para dónde va y cuál es su enorme obligación para con su pueblo y Europa.
En consecuencia, seguirá Alemania por la vía de la evolución ascendente, del prestigio de su gobierno y de ser ejemplo del buen manejo de la cosa pública.