¡Que muestren las pruebas!

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Germán Vives Franco

Germán Vives Franco

Columna: Opinión

e-mail: vivesg@yahoo.com



Sería bueno conocer las pruebas que sustentan la acusación de Human Rights Watch (HRW) a altos oficiales de nuestras fuerzas armadas. Si no las tienen, entonces las acusaciones son temerarias, irresponsables y atentatorias de nuestras instituciones.
Dada la gravedad del asunto, es necesario que las pruebas de HRW sirvan de soporte para iniciar las acciones legales correspondientes contra los responsables de los falsos positivos. Si no hay pruebas contundentes, entonces estamos frente a una institución que pretende hacerle daño al país y socavar la legitimidad de nuestras instituciones, y esto no lo vamos a tolerar.
En el esfuerzo por conocer la verdad de lo que ha sucedido en la historia de violencia del país, necesitamos de fuentes ciertas y de la buena fe de todos los que quieran participar en el esclarecimiento de los hechos. No le sirve a la reconciliación del país, partes que solo que están interesadas en promover una agenda poco clara y con motivaciones aún más turbias.
El tema de los falsos positivos impacta negativamente los logros de la política de seguridad ciudadana de Uribe, y dependiendo del tamaño del problema y de la calidad de sus autores materiales e intelectuales, la apreciación sobre el programa bandera de Uribe podría tomar un giro de 180 grados. Los supuestos éxitos en su momento fueron magnificados y la verdad sirve realmente para dimensionarlos en lo que valen. ¡Es que tres mil muertos inocentes y ejecutados es un lastre muy grande!
¿Qué tan real fueron los éxitos de la política de la seguridad ciudadana de Uribe? Los ciudadanos palpamos mejoras en seguridad pero no es claro que todo haya sido logrado por las fuerzas regulares. Hay evidencia que mucha de la "tranquilidad" fue lograda por los paramilitares. El segundo aspecto, es que el éxito de una política no puede ser medido en número de muertos
El crimen de los falsos positivos es horrendo, pero el meollo del asunto es tomar los correctivos para evitar que vuelvan a repetirse. Un informe de los Estados Unidos, muestra que en el 2104 se produjeron ejecuciones extrajudiciales.

El interés por entender como una organización abraza conductas criminales, me llevó a convertirme en observador atento de lo que sucedía a mi alrededor. He sido testigo de cómo en muchas organizaciones la exigencia permanente de resultados acompañada de premios por logros, termina convirtiéndose en una mezcla toxica que da al traste con el buen juicio de muchos, y termina llevándolos cruzar líneas que nunca debieron haber cruzado. También he visto como en muchos casos, las superestrellas de estos sistemas son los que se mueven en los vericuetos criminales más oscuros.
A nivel organizacional durante la era Uribe, algo se estructuró mal al interior de las fuerzas militares y al interior del gobierno. Las exigencias irracionales por lograr metas -medidas en muertos-, y grandes premios. Falló o faltó un sistema de controles, de pesos y contrapesos, y de esto es responsable el alto gobierno de la época. Dicho sea de paso, es la misma razón por la que se criminalizó el desaparecido D.A.S.
De haberse detectado y sancionado ejemplarmente el primer caso de falso positivo, la práctica no se hubiera extendido de la manera que lo hizo. La impunidad y premio de los primeros casos, llevaron a que, en términos del premio Nobel John Nash, se creara un nuevo equilibrio, en el cual algunos adoptaron esta criminal práctica.
Creo que los colombianos debemos exigirle a HRW o que sustente debidamente sus acusaciones o que se retracte. ¡Que nos muestren las pruebas!