El nuevo gobierno griego encabezado por Alexis Tsipra no ha dado su brazo a torcer, por el contrario se la está jugando toda. Su argumento que en todo momento ha sacado a relucir es que Alemania no puede de ninguna manera olvidar el préstamo que los griegos le hicieron al tercer Reich, el cual supera los 11000 millones de euros. Desde luego lo hicieron no en forma voluntaria sino por la fuerza. Pero los nazis lo recibieron y por ende ese país, es decir Alemania dispuso de esos fondos y en consecuencia ellos los reclaman.
Ese es el único razonamiento de peso que tienen los griegos para superar su serio y complejo problema económico, que ha dado lugar a la crisis política y social, que padecen desde hace varios años. Al insistir en ello su propósito es extender las conversaciones y entre tanto tratar de convencer a Angela Merkel de esa propuesta, que si se llegare a aceptar no solo cumplirían con la actual deuda a su cargo sino que les sobrarían euros, habría un superávit y de esa manera se solucionarían la mayoría de sus problemas dada esa intempestiva y sorpresiva liquidez monetaria.
Según los expertos en la materia, con cálculos reales estas deudas hitlerianas superan el doble de aquello que deben tanto a la Unión Europea como al Fondo Monetario Internacional. Tsipra ha expresado sobre el particular de que "no se trata de una cuestión monetaria sino de justicia histórica."
De fuentes fidedignas las reglas del juego actuales las quiere cambiar Grecia. Quiere que su programa de refinanciación se extienda hasta Marzo de 2016. La respuesta de Alemania ha sido y hasta ahora es de no prolongar más las conversaciones y consecuentemente el acuerdo deberá hacerse cuanto antes.
Hay un hecho cierto y que de pronto si se tiene en cuenta favorece a los griegos, consistente en una declaración del Presidente germano Joackim Gauck, quién expresó que: "Alemania debe ser consciente de los daños que causó fuera de las fronteras y es justo que un país tan consciente de su historia evalué las posibilidades de una eventual reparación".
Lo que pasa es que esa son apenas "buenas intenciones" como quiera que sabemos todos que el Presidente entre los alemanes es una figura decorativa. Angela Merkel es la que resuelve todo. Sin llegar a extremos los teutones tienen un Régimen al igual que el monárquico en que el Rey "reina pero no gobierna".
La posición de Alemania y a ella se une la comunidad europea, sigue siendo muy clara. No se puede condonar la deuda y el gobierno griego forzosamente tendrá que tomar medidas de austeridad. Otorga la ayuda a cambio de reformas laborales y de pensiones, las cuales el gobierno griego ha rechazado.
Ciertamente el conflicto o la dificultad tienen que ver con la campaña programática del partido de Tsipras, toda vez que prácticamente él ofreció a su pueblo no comprometerse con la deuda o mejor aún no pagarla. Esa fue su propuesta demagógica y populista, en consonancia con sus postulados ideológicamente comunistas. Difícilmente le suene la flauta frente a Alemania y la Comunidad Europea.
Además donde se ceda a las pretensiones griegas las naciones buenas pagadoras y cumplidoras de sus deudas no podrían entender de ninguna manera esa flexibilidad y se crearía una protesta y un giro hacia la conducta del no pago. Ahí mismo saltarían Italia, Portugal y España y exigirían el mismo tratamiento. Lo que es evidente es que los portugueses, italianos y españoles a diferencia de los griegos no prestaron dinero a los Nazis.
Los alemanes son firmes en su punto de vista, insisten y pregonan en cuanto que ellos han aportado mucho dinero a las arcas comunitarias, dando a entender que las ayudas a la Comunidad Europea, que ha recibido Grecia fueran pagos de reparaciones. El Vicecanciller alemán Sigmar Gabriel ha manifestado: "No se puede confundir la deuda con las reparaciones"
Otro factor relevante a favor de los griegos y en contra de Alemania, es el relacionado con las víctimas, los pueblos arrasados, la infraestructura destruida, pero eso fue el común denominador de todas las naciones que sufrieron la bota hitleriana.
Dudo mucho de que Tsipra saldrá bien librado. Lo malo es que los platos rotos como suele decirse en lenguaje popular los termina pagando o sufriendo la población griega.
