Ciertamente censurable lo que está aconteciendo en Santa Marta, con la escasez de agua que tienen que estar soportando sus habitantes. Es inadmisible, imperdonable y no tiene sentido ni justificación.
En buena parte esta crítica situación se debe fundamentalmente a la politiquería imperante. Aquí hay desidia, negligencia, imprevisión e irresponsabilidad de los gobernantes seccionales y nacionales, quienes se comprometen a todo y a duras penas cumplen años pero de no hacer aquello que prometieron.
Las obras que se han realizado son simple y llanamente un paliativo y paliatorio, pero no arreglan ni solucionan, por cuanto en el momento en que se inauguran eso sí con bombos y platillos, el problema se ha crecido y requiere un remedio más de fondo y con sentido futurista.
Alfonso Vives, nuestro Director de EL INFORMADOR en 1990, es decir hace 25 años como burgomaestre ejecutó un transvase del río Piedras, el cual cubrió prácticamente la mitad del agua de Santa Marta. La planta de tratamiento cuya capacidad de recepción era de 300 litros, la optimizó toda vez que quedó con cerca de 800 litros.
Desde luego en la época de verano normalmente se disminuye al 50%. Desde ese tiempo a esta parte a pesar de que las quejas son permanentes no se ha hecho lo pertinente, a efecto de evitar la falta de agua que están padeciendo y que puede dar origen a circunstancias de epidemias e infecciones de carácter general.
Se comenta que se van a traer agua del río Magdalena, de los afluentes de los ríos de la Sierra Nevada, que se instalarán plantas desalinizadoras. Todo ello es factible, pero no se acomete ninguna de esas posibilidades. Es claro y evidente que el aprovechamiento del agua salada es la opción más costosa, dado el alto costo de energía.
John de Bosh ha propuesto embalsar los ríos de la Sierra Nevada, de esa manera se lograrían 10 000 litros por segundo. Es una fábrica de agua, por ello es una alternativa viable y manejable, pero las autoridades del Distrito, del Departamento y de la Nación lejos de atender esta razonable sugerencia, siguen como espectadores pasivos, dándose cuenta de que la ciudad se encuentra en cuidados intensivos.
El Gobierno nacional prometió 32 pozos desde que se inició su primer mandato y solamente 14 se entregaron y están funcionando. Su producción es de 360 litros por segundo y el requerimiento de la ciudad es de 1760 litros. Consecuentemente la situación de los samarios y quienes allí residen es sin duda de emergencia.
Para mitigar esta catastrófica situación en esta ciudad histórica y turística, les ha tocado disponer de carrotanques en todas partes, incluso en los hoteles para no fallarle a sus huéspedes. Abrir pozos se convirtió en una práctica normal de sus pobladores. Existen albercas conectadas al tubo madre que les sirve para bañarse o lavar la loza y los utensilios de cocina. Esta consecución del líquido pero sin las condiciones de agua totalmente potable, lo pagan por 500 pesos, felizmente está al alcance de todos.
Se puede carecer de luz y se suple con plantas eléctricas portátiles, con lámparas de gasolina e incluso con velas y en el día no se nota sino principalmente en la cocina pues cuesta trabajo preparar los alimentos diarios.
Es una calamidad. Sin embargo el no poseer agua es algo excesivamente grave y sus consecuencias si no se resuelve en el término de la distancia, pueden llegar a crear enfermedades serias y que abarquen a mucha gente. Así se han generado las famosas pestes en otros continentes, que han acabado con millones de personas.
No es una necesidad apocalíptica sino sentida, cierta, transparente y a la vista y que por ende debe necesariamente no ser oída sino satisfecha, habida cuenta de que no se puede abusar de la paciencia de los pueblos. La única energía, el único propósito, el único esfuerzo de todos, esto es gobiernos nacionales, departamentales y municipales es aunar voluntades con miras a resolver este problema.
En el mundo por carencia de agua mueren en el año 1 500 000 niños. Esa es entre otras una de las razones primordiales, que originó el 28 de julio de 2010 en la Asamblea de la ONU a que se reconociera el agua potable como un derecho humano esencial para el disfrute de la vida.
Entonces como se observa lo absurdo y la paradoja es que una ciudad rodeada de agua, carezca de ella.