Bajados con espejo

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Tulio Ramos Mancilla

Tulio Ramos Mancilla

Columna: Toma de Posiciones

e-mail: tramosmancilla@hotmail.com

Twitter: @TulioRamosM



¿Alguien recuerda la historia del dicho oprobioso con que en muchas partes de Colombia se menosprecia implícitamente a integrantes de las clases populares, a partir de una malvada reconstrucción de la historia que obliga a inferir que los indios que por aquí habitaban eran necesariamente ingenuos/ignorantes, y así, fáciles de engañar? "¿Usted cree que yo soy bajado con espejo?" significa, en determinado contexto, que el interfecto no es ningún bobo, y, sobre todo, que no desea ser confundido con gentes que él considera inferiores.

Parece haber cierto consenso en la anécdota que subyace. Según cuentan, los españoles de la Conquista, en algún momento, han debido de ver la oportunidad de hacerse con el oro y demás valores de los indígenas una vez que estos se mostraron deslumbrados por aquello que no conocían: los espejos, oropeles y demás baratijas que traían consigo los viajeros europeos. No era, pues, sino cuestión de proponer un trueque sin atender a la tasa de cambio para perfeccionar un robo que duró centurias.

El relato se bifurca aquí y, no se sabe bien cómo, desemboca en que los invasores terminaron usando como señuelo tales muestras de tecnología para convencer a los nativos de descender de las alturas montañosas donde se habían guarecido del desconcierto que los hombres barbados y a caballo habían sembrado con sus armas.

Y matarlos. Durante largo tiempo ese ha sido el sentido con que se ha decidido mucho de lo que pasa entre nosotros. Sacar una ley inconsulta, e imponérsela a los de ruana, que son los que habrán de cumplirla ("porque ni entienden"), ha sido una de las jugadas a tres bandas que no pocos han encontrado para enriquecerse.

¿De qué otra manera se explica, por ejemplo, que sean los usuarios los que sostengan al sistema financiero cada vez que hay una crisis, y que entonces los impuestos sobre las transacciones que eran apenas "transitorios" se hagan permanentes? Hay miles de ejemplos, de todas las áreas de la vida en sociedad.

En estos días ha llamado la atención la verdad que se ha sabido (aunque ya se intuía algo) acerca de la auténtica actividad del vivo de Tony Blair en nuestro país. Resulta que Santos, quien desde la época de la famosa "Tercera vía" (entiéndase: puro sentido común; entiéndase: no hay otra vía) es amigazo de Blair, decidió solicitar la ayuda de este en unas cuestiones de gobierno que cualquier técnico colombiano bien preparado en desarrollo territorial podría haber hecho mejor.

Lo más extraño de todo es que la millonada que se le pagó al escocés por su brillantez no salió del erario, sino de los Emiratos Árabes, allá donde no dan puntada sin dedal petrolero.

¿Se está tercerizando a nuestro país como a cualquier Estado fallido, o mejor, vendiéndolo como un territorio más rico en recursos naturales de lo pensado, y además, poblado por tontos que no se dan cuenta de nada? Tal vez se intenta hacer eso.

De ser así, los bajados con espejo serían realmente los impresionables miembros del gobierno: de un lado, hacen lo que sea para lamer la bota de un ex primer ministro al que nadie, en los escenarios nada emocionales del Norte global, quiere ver hablando de lo que no sabe; y, de otro, siguen creyendo, insisto, que la gente en verdad no se apercibe de la realidad y que lo aguanta todo. Las vueltas que da la vida, dicen por ahí.