Inmigrantes africanos pierden su esperanza

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Gustavo Hernández López

Gustavo Hernández López

Columna: Opinión

e-mail: gusherlo@hotmail.com



La circunstancia de pobreza de muchos africanos, da lugar o es inherente a que los acompañe en sus países el desempleo, el hambre, el no tener posibilidad de atención médica, el no crecer culturalmente, y el ver frustrados sus sueños.

A esa situación negativa es necesario agregar la represión reinante en esos territorios africanos, la muerte que está en todas las esquinas, los conflictos en el Oriente Medio que han originado el desplazamiento forzado, la explotación y prostitución incluso de los niños y jóvenes, es decir un panorama sombrío de verdadera miseria humana y cuya tendencia día a día es de oscurecimiento y de tragedia.

Entonces esas antiguas provincias europeas ante todo y sobre todo recuerdan aquello que tanto les inculcaron sus colonizadores que sin darse cuenta se estaban aplicando su propio harakiri, su boomerang, al hacerles ver e insistirles en que la civilización, la educación, el progreso, y la buena vida, solamente se encontraban en el viejo continente. Entonces esos pobladores de los Estados africanos de hoy han pensado y buscado otro horizonte promisorio de más bienestar y de un mejor modus vivendi. Por ello han volteado sus ojos hacia Europa.

De ahí que su vehemente deseo y su permanente pensamiento no es otro que estar bajo su refugio y protección.
Pero en la actualidad, las cosas se les han complicado, por cuanto quienes emigran principalmente a Italia, España y el Reino Unido, como su destino manifiesto y de mejoramiento integral, chocan con una región en crisis económica y social. Según el italiano Mauricio Ambrosini, profesor de sociología de la Universidad estatal de Milán: "no pueden ser al mismo tiempo democráticos y xenófobos". El problema se les creció, no han podido manejarlo y se les colapsó.

El primer Ministro italiano Matteo Renzi, dado que Italia es la más afectada ha dicho" Me resulta difícil entender por qué, frente a estas tragedias que estamos viviendo, no se produce ese sentimiento de cercanía y de solidaridad que la Unión Europea otras veces ha mostrado. Italia está trabajando casi completamente sola".

En consecuencia lejos de recibirlos con los brazos abiertos por el contrario son rechazados, a pesar de que los europeos han saqueado sus recursos naturales, los sometieron en la época colonialista como a esclavos y aún los siguen manipulando y utilizando en sus propias tierras, pues se sabe por ejemplo que Noruega compra y arrienda tierras a precios sumamente bajos y pagan salarios igualmente irrisorios, abusando de sus habitantes. Los ingresos que perciben los estados africanos son míseros. Para lograr estos propósitos sobornan o subvencionan a sus gobernantes corruptos.

De la tierra cultivable 60 millones de hectáreas están en manos de europeos. Requieren productos agrícolas a precios cómodos y los pueden tener todo el tiempo a diferencia de lo que ocurre entre ellos en que las estaciones no les permiten disponer verbigracia sino de ciertas frutas y alimentos, que degustan en la época en que pueden sembrar y cosechar. También usan esas extensiones de suelo agropecuario con destino a producción de biocombustibles.

Aquí nos preguntamos ¿por qué los europeos que tanto pregonan y defienden los derechos humanos son los primeros en vulnerarlos y quebrantarlos? Lo que pasa es que su criterio político y siempre lo han tenido en su mente es: Primero ellos y después el resto. Lo ancho para ellos y lo angosto para los demás.

Esas necesidades básicas y apremiantes las han aprovechado los oportunistas y utilitaristas que les pintan pajaritos de oro y les cobran sumas cuantiosas por embarcarlos al "paraíso terrenal", en chalupas sin ninguna seguridad en la navegación y esa es la razón para que haya habido tantas embarcaciones entre otras ilegales, hundidas y a la deriva. El domingo pasado se ahogaron cerca de 900 personas. Es una tragedia humanitaria, una catástrofe marítima. Un editorial de El País de Madrid escribió: "el Mediterráneo se está convirtiendo en la mayor tumba de vidas y esperanzas".

Sus ilusiones se están plasmando en una realidad funesta, que los envuelve en pesadillas y desgracias. Pobres africanos, ante ese futuro inmediato absolutamente fatídico, habida cuenta de que la única claridad en el túnel es el sueño eterno. Se perdió hasta la esperanza.