La protesta de Brasil

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Escrito por:

Hernán Gutiérrez Herrera

Hernán Gutiérrez Herrera

Columna: Opinión

e-mail: hernan.editor@gmail.com



Todos los balances prevén un año negro para el mayor país sudamericano. Brasil enfrenta su peor crisis, desde la renuncia del presidente Fernando Collor en 1992, que fue presionado a renunciar del poder por hechos de corrupción inferiores a los que se han destapado en la actualidad.

La crisis de idoneidad comenzó a finales del 2010, finalizando el periodo de gobierno del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva. En ese entonces se reveló el escándalo del "mensalão".

Un esquema de corrupción que le permitió al partido oficialista financiar sus campañas políticas entre el 2006 y el 2010.

Este acuerdo entre empresas, partidos políticos y miembros del gabinete presidencial, era encargado de distribuir propinas derivadas de los contratos entregados por el gobierno.
Con este lunar en su carrera, la estructura del partido de los trabajadores, el PT, que se juzgaba ideal, se estremeció.

Comenzaron, también por esta época, las obras para la Copa del mundo, de las cuales se estima que todos los contratos sufrieron sobreprecios para el beneficio de particulares.

Como si todo esto fuera poco, en la corrida presidencial del año pasado salió a flote otro escándalo de dimensiones extraordinarias, vinculando a la empresa estatal Petrobrás.

Operando con un esquema parecido al del "mensalão", la nueva técnica utilizada por los corruptos también era destinada a repartir propinas derivadas de los contratos que la multinacional del petróleo firmaba.

Los efectos de este juicio ya se sienten y los hombres claves del esquema han comenzado a hablar a cambio de beneficios.

La semana pasada la constructora Camargo Correa, conocida por ser contratistas del gobierno, denunció por medio de su vicepresidente, Eduardo Leite, que ya entregaron alrededor de 36 millones de dólares producto de sobornos a miembros de la Petrobras.

La presidente Dilma Rousseff tiene como desafío enfrentar el juicio de sus aliados vinculados a estos hechos de corrupción y, al mismo tiempo, recuperar la economía del país, que parece estar condenada a una caída libre.

Y los reportes y previsiones negativas no se hacen esperar. En la última semana el Fondo Monetario Internacional anunció que el Brasil frenará el crecimiento económico de América Latina este año.

En el informe, el ente monetario afirma que mientras Europa se recupera de la crisis; América Latina debe enfrentar en 2015 el quinto año consecutivo de retroceso económico. Además afirma que parte de este resultado mediocre es responsabilidad del Brasil.

Por lo pronto los ánimos de los brasileños están acelerados. Cada vez son más frecuentes las manifestaciones y los gritos desesperados pidiendo solución a los problemas del país. Para muchos, estas soluciones comienzan con la salida de la actual presidente del poder.