Los samarios se preguntan por qué la administración distrital no pone atención a las plazas y parques de la ciudad que tanta necesidad tienen de arreglo y cuidado. La plaza de La Catedral, la principal, la que engalana a una reliquia histórica y cultural, está llena de ventorrillos de toda clase, que la desluce, cuando debería presentar la mejor cara, siendo un atractivo turístico obligatorio para turistas y extranjeros.