Un sínodo conectado con la realidad

Editorial
Tamaño Letra
  • Smaller Small Medium Big Bigger


El crecimiento de la Iglesia Católica, desde que está en cabeza del papa Francisco, es indudable. Ahora se vive una Iglesia más viva y cercana a los propios católicos y a las otras religiones. Ahora el papa Francisco, al comienzo de una cumbre de dos semanas dirigida a hacer que las enseñanzas de la iglesia sobre familias sean relevantes para los católicos de hoy, instó a los obispos a que den sus opiniones sobre temas polémicos como los anticonceptivos, la homosexualidad, el matrimonio y el divorcio, Francisco dijo en la sesión inaugural del sínodo que los obispos no deben tener miedo a faltarle al respeto, diciendo: "Tienen que decir todo lo que sienten sin temor".
Y así debe ser si queremos que la Iglesia Católica siga en progreso y evolucionando para el mundo de hoy. Al mismo tiempo, el papa Francisco pidió a los casi 200 cardenales, obispos y sacerdotes presentes a escucharse entre sí con humildad y acoger con corazón abierto lo que dicen nuestros hermanos, seguramente con la finalidad de tocar temas bastantes sensibles y que en mucho tiempo en esta Institución, ni siquiera se hablaban.
Pero no ha sido fácil llegar a este punto. Siempre, en este tipo de situaciones tan delicadas e importantes para el mundo, se tienen posiciones muy encontradas. Los preparativos de la reunión se vieron marcados por críticas mutuas entre los clérigos conservadores y progresistas en temas como si los católicos que se divorcian y vuelven a casarse sin una anulación pueden recibir la comunión. Las enseñanzas de la iglesia indican que estos católicos viven en pecado y no pueden recibir los sacramentos.
Tras insistir en que es un "hijo de la iglesia", Francisco dijo que la iglesia debe demostrar más piedad y ser un "hospital de campaña" para las almas dolientes, lo que significa que busca algún tipo de acomodo que, según los conservadores, es imposible.
En este camino de la búsqueda de la modernización, se encuentran todo tipo de trabas que deben ser eliminadas para avanzar en bien de todos los feligreses. En un intento por estimular el debate libre, el Vaticano está restringiendo la información pública acerca de lo que se dice a puertas cerradas durante el sínodo y no difunde textos de las intervenciones individuales de los obispos como lo ha hecho anteriormente.
En una medida para enriquecer el debate, el Papa decidió el año pasado enviar un cuestionario de 39 puntos a las conferencias de obispos en todo el mundo, en busca de opiniones de los católicos ordinarios sobre su aceptación de las enseñanzas de la iglesia en temas relacionados con la vida familiar.
Las encuestas confirmaron que, aunque la mayoría de los católicos cree en la indisolubilidad del matrimonio, la vasta mayoría de los católicos ignora y rechaza las enseñanzas eclesiásticas sobre sexo y anticoncepción, temas que siempre han sido sensibles para los católicos.
Las respuestas también dijeron que la iglesia debe desarrollar un plan pastoral para acomodar a los homosexuales en uniones civiles y a los niños criados en dichas familias, por lo que el sínodo representa la primera vez que el Vaticano trata la homosexualidad a nivel pastoral. Los grupos reformistas han dicho que dichas respuestas francas y la insistencia de Francisco en que no hay tema que no pueda discutirse, son motivos de esperanza. Sin embargo, los conservadores esperan que el sínodo sencillamente reafirme la doctrina eclesiástica y la haga más comprensible para los católicos.
Esperamos que este sínodo de Obispos se discutan con tranquilidad y serenidad temas sensibles que desde hace mucho tiempo estaban pidiendo los mismos católicos, para no quedarse con una Institución alejada de la realidad.