Siguen en la misma situación

Editorial
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Miles de venezolanos atraviesan Latinoamérica de vuelta a su país.
La emergencia sanitaria por el coronavirus los ha dejado sin techo ni trabajo y los ha volcado a un amargo retorno a una Venezuela, donde la crisis política y económica que provocó el mayor de los éxodos en el mundo hace más de un lustro, es aún más compleja; hasta principios de este año unos cinco millones de venezolanos se vieron forzados a salir de su país.

Pero desde que la Covi-19 llegó a Latinoamérica, decenas de familias venezolanas pernoctan a la intemperie frente a embajadas o consulados o improvisan campamentos en las fronteras a la espera de ayuda para regresar a su país. Huyen ahora, de retorno a su país, de morir de hambre en la calle, tras quedarse sin trabajo y por ende sin dinero para pagarse una vivienda, pero también escapan de la discriminación y los ataques de los nacionales de los países donde se habían establecido que los ven como un factor de propagación del coronavirus.

La expansión de la pandemia por Latinoamérica ha puesto en mayor riesgo a los migrantes venezolanos, y la comunidad internacional no puede mantenerse al margen del drama del éxodo venezolano. Es necesario actuar sin esperar más. Así como lo ha pedido en varias ocasiones el presidente Duque ya que la situación de muchas de estas personas es de extrema vulnerabilidad, aun sin tener en cuenta la propagación del COVID-19, se fueron del país con poco y lamentablemente retornaron con menos.

Colombia, país que acoge a la mayor cantidad de venezolanos que han salido de su país huyendo de la crisis, concentra a unos 1,8 millones, según el balance de Migración Colombia del mes de abril. De acuerdo con las autoridades, entre el 14 de marzo y el 14 de mayo han regresado a su país 58.127 venezolanos, un 3 % del total que se estableció en Colombia.

El Gobierno de Venezuela no ve la masiva migración venezolana como una crisis humanitaria, por el contrario, considera que es una estrategia de los opositores a Nicolás Maduro y de países como Estados Unidos o Colombia para atacar al país y a su Administración.

Muy por debajo de las cifras de Colombia (58.127), el Gobierno venezolano señala que unas 41.933 personas han regresado al país por las fronteras terrestres desde que empezó la crisis sanitaria; de esos 41.933 venezolanos, solo 220 personas han dado positivo a la prueba de coronavirus. Sin embargo, las autoridades venezolanas consideran que el incremento reciente de los casos en el país se debe a contagios importados de Colombia, Brasil, Perú y Ecuador.
Entre el 16 y el 18 de mayo se registraron 159 casos, un 19 % respecto al total de contagios y de los 77 registrados el 18 de mayo, la mayor variación inter diaria hasta la fecha, 64 son importados: 47 de Colombia, 4 de Brasil, 8 Ecuador y 5 Perú.

En Ecuador, según cifras oficiales, hay unos 354.000 venezolanos, pero los datos no oficiales hablan de al menos un 30 % más de estos ciudadanos que habrían entrado de forma irregular al país. La pandemia ha castigado sobre todo el trabajo informal y por ende a miles de venezolanos, que tenían en este sector su única fuente de sustento y han quedado en la calle exponiéndose no solo a enfermarse de coronavirus sino que los casos de discriminación han aumentado ante el temor de que puedan ser una fuente de contagio.

La iniciativa del Gobierno brasileño para recibir y atender a los cerca de 260.000 venezolanos que ingresaron en los últimos años, reportó que al menos 41 de estas personas habían contraído la Covid-19 hasta el pasado viernes 15 de mayo en gigante suramericano, el tercer país en el mundo con más casos de coronavirus. La mayor parte de los venezolanos establecidos en Brasil, de los que unos 130.000 han solicitado estatus de refugiado, que les da derecho a beneficios como los subsidios para afectados por la Covid-19, ha permanecido en el país pese a no tener trabajo.