Y sigue la violencia

Editorial
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El problema de la seguridad de los colombianos no se arregló con el proceso de paz; al contrario, ahora han aparecido una cantidad de grupos subversivos que asesinan a líderes campesinos y  a ex combatientes para crear caos e intranquilidad en los colombianos, todo con el fin de desestabilizar al gobierno nacional.

En ese sentido sigue el desplazamiento; al menos 73 indígenas y 53 campesinos de Córdoba fueron desplazados de sus hogares por enfrentamientos entre grupos armados ilegales. Se ha recibido de las comunidades la información de que el 12 de noviembre un grupo armado al margen de la ley produjo el desplazamiento masivo de más de 73 personas de la comunidad Embera Dochama y 53 campesinos en Altos de Uré en la Vereda Batatalito del corregimiento de Versalles en el sur de Córdoba. Este hecho se suma a las denuncias de la población sobre el escalamiento de la violencia en el municipio de San José de Uré, en donde han sido asesinadas tres personas este mes.

Ante estos crímenes y desplazamiento es urgente que el Gobierno colombiano tome medidas que garanticen la vida y pervivencia en paz de las comunidades, y que se adopten medidas eficaces contra estas formas de violencia en el sur de Córdoba; las comunidades afectadas por los desplazamientos forzados piden al Gobierno que reconozca formalmente el resguardo Embera Dochama, solicitud elevada por sus autoridades étnicas hace 40 años. Igualmente solicitan el cumplimiento concertado y efectivo para la  protección de la población civil, sus líderes y lideresas que no se reduzcan a la militarización del territorio.

Estos desplazamientos se suman al denunciado por la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas (OCHA, que alertó de que casi mil personas salieron forzadamente de sus hogares en los municipios colombianos de Ábrego y La Playa del Belén, cercanos a la frontera con Venezuela, por enfrentamientos entre el Ejército de Liberación Nacional y ‘Los Pelusos’, un grupo dedicado al narcotráfico.

Esta zona es una de las más convulsionadas del país por la presencia de varios grupos armados ilegales, como el Eln y las disidencias de las Farc, que se disputan el control del territorio y el narcotráfico y que ratifican que la paz fue para algunos pocos, que no hubo restitución a las víctimas, como ha debido ser ya que son los protagonistas principales,  y que la impunidad fue el protagonista del proceso, que solo ha servido para que la gente se apoye en él para seguir delinquiendo.