Reasignar gasto y mejorar poder adquisitivo

Editorial
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Honduras debe reasignar su gasto público, mejorar el clima para los negocios y adoptar medidas destinadas a aumentar el poder adquisitivo de su población más desfavorecida ante la amenaza de una recesión económica.

Honduras se ve en la necesidad de redireccionar recursos del presupuesto público para tratar de que los efectos de la recesión golpeen lo menos posible a la pequeña y mediana empresa. Además, se debe facilitar a los pequeños y medianos empresarios la concesión de créditos a bajo coste y apoyar las actividades productivas.

La reasignación de recursos debe permitir que las pequeñas y medianas empresas y el productor independiente tengan mejores condiciones. La recesión económica trae una reducción de impuestos, lo que agravaría el problema porque representaría un aumento del déficit fiscal del país centroamericano. Honduras también debe mejorar el clima y las oportunidades de negocios para las empresas, cuyo objetivo, no se logrará en el actual Gobierno, que preside Juan Orlando Hernández, por la desconfianza. La presente Administración no es un socio confiable para la inversión nacional, ni extranjera, por lo que se requiere de un Gobierno de transición que le dé la oportunidad a la población de redefinir muchos objetivos.

El Gobierno de Honduras anunció que prepara un paquete de medidas para frenar la recesión y reactivar la economía del país, que incluye reducir su gasto corriente y reorientar la inversión pública. La inversión pública para 2020, se calcula en más de 25.000 millones de lempiras, unos 1.000 millones de dólares, mientras que la economía se prevé que tenga un crecimiento del 3 %; reducir el gasto es una medida que profundiza la recesión. Hay que insistir en la importancia de reasignar los recursos a actividades que favorezcan a los hondureños que tienen menos capacidad para afrontar la disminución de las actividades económicas.

El grupo de países cooperantes con Honduras, conocido como G-16, trabajará para afrontar la recesión económica, porque Honduras no puede esperar a que lleguen los embates de la crisis mundial.

El optimismo del Gobierno hondureño, con un mensaje positivo sobre la economía del país, contrasta con la posición de economistas que piensan que otra medida que contribuiría a mermar el impacto de la recesión sería recortar la masa salarial del Estado para que existan más recursos y se destinen a la producción. Otras medidas, son reducir el Impuesto Sobre Ventas, ISV, y el de los combustibles, y bajar la tasa de política monetaria para mejorar el poder adquisitivo de los hondureños menos favorecidos y reducir las tasas de interés de los créditos.

En este sentido Honduras debe repensar los Tratados de Libre Comercio, TLC, y revisar si el país es competitivo y si se ejecutaron políticas para mejorar la producción y productividad. El país también debe mejorar su imagen mediante el combate a la corrupción, el narcotráfico y la impunidad; a esto hay que añadirle que los economistas se encuentran preocupados por el encarecimiento de los productos y el estancamiento del poder adquisitivo.
La economía hondureña, una de las que más ha crecido en los últimos años en la región centroamericana, según las autoridades económicas, con tasas en el entorno del 4 %, ha visto mermadas sus perspectivas de desarrollo en los últimos meses.

El Banco Central de Honduras dio a conocer que mediados de agosto que revisó a la baja sus previsiones de crecimiento para 2019 y 2020 al rango de entre 3 y 3,4 %; en una revisión al Programa Monetario 2019-2020, el organismo redujo su previsión para el crecimiento de este año y el siguiente, desde el rango de entre 3,3 y 3,7 %, que mantenía hasta ahora.