Huyéndole a los debates

Editorial
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La presencia del mandatario Evo Morales en un debate entre candidatos a la Presidencia de Bolivia, a modo de foro transmitido por televisión, no se ha producido desde hace 17 años, cuando él era opositor, y desde entonces los intentos de llevarlo ante un panel han sido imposibles.


Esa plenaria la organizó en 2002 en La Paz la Asociación de Periodistas de Bolivia, se transmitió por televisión y estaba compuesta por Gonzalo Sánchez de Lozada, MNR, que finalmente fue el vencedor de la elección, el expresidente Jaime Paz Zamora, MIR y el dirigente campesino Felipe Quispe, MIP.

Una de las escenas de ese encuentro pervive con un Evo Morales sereno, templado e incisivo, que seguía un libreto preciso que descontroló a Sánchez de Lozada, al extremo que este le gritaba indignado, desaforado y amenazante, prácticamente en el oído. Aquella ocasión fue la última en la que el entonces candidato Morales hizo escuchar su palabra ante sus oponentes, pero en adelante ni siquiera de presidente volvió a hacerlo.

Después de ese debate, en el que Morales criticó su desempeño porque supuestamente no estuvo a la altura, porque no hablaba bien el castellano y fue en chamarra en vez de vestir más formal.
Para los bolivianos el debate profundo es con las bases y, en ese sentido, decidieron nunca más asistir a esos circos armados, porque no se dedican a debatir con la población. Actualmente existen garantías para que en un escenario televisivo se dé un debate sobre propuestas de gestión, sino que con gran probabilidad abundarían las descalificaciones entre los contrincantes.
Un debate que incorpore a Morales únicamente favorecería a los candidatos que están empujando de atrás, en referencia a los que según en las encuestas en Bolivia están por debajo de la intención de voto que le es favorable al gobernante.

El hecho de que Morales no haya participado por casi dos décadas en un debate abierto al lado de sus contendientes muestra la forma discrecional y radical de su comportamiento; el presidente boliviano tiene suficiente cintura o capacidad para afrontar un debate dada su experiencia a lo largo de estos casi catorce años en el poder, en foros y palestras internacionales en las que ha expuesto y explicado sus políticas. La ausencia de estos espacios hace que la democracia se vuelva precaria y que se desechen los espacios de confrontación dialéctica de ideas.

Morales, que busca su cuarto mandato consecutivo en las elecciones de este 20 de octubre, desestimó su participación en una entrevista en una importante cadena televisiva, cuyo formato incorporaba preguntas constantes e intervenciones con tiempo medido para el invitado; por el contrario, el mandatario convocó en los últimos días a algunos periodistas a acompañarlo en sus viajes alrededor del país para conocer sus inquietudes, en los que concedió algunas entrevistas.


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