“Santrich” cumple un año en prisión

Editorial
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“Jesús Santrich”, uno de los líderes de la antigua guerrilla de las Farc, cumplió un año detenido a la espera de que se decida si debe ser extraditado a Estados Unidos. por narcotráfico, petición que dio pie a un choque de trenes entre la justicia ordinaria de Colombia y la Jurisdicción Especial para la Paz, JEP.

El enredo comienza porque la JEP recoge que los exguerrilleros no pueden ser extraditados por delitos cometidos antes del 1 de diciembre de 2016, fecha en que entró en vigor el acuerdo de paz firmado por el Gobierno y la hoy desmovilizada guerrilla en noviembre de ese año y del que la jurisdicción especial es columna vertebral.

Sin embargo, “se estableció que cuando hubiera solicitud de extradición sobre algún antiguo miembro de las Farc, la JEP (...) tendría que resolver sobre la fecha en que ocurrieron los hechos; es decir, la JEP debe determinar si el delito del que se acusa a “Santrich”, cuyo nombre de pila es Seuxis Pausias Hernández Solarte, fue antes de la vigencia del acuerdo de paz o después y si fue antes, la persona no puede ser extraditada.

“Santrich” fue detenido en Bogotá el 9 de abril del año pasado y tras su arresto el entonces presidente, Juan Manuel Santos, compareció ante los medios para explicar que el fiscal general, Néstor Humberto Martínez, le había informado que era el resultado de rigurosas investigaciones. Según comentó entonces Santos, la Fiscalía “tiene pruebas contundentes y concluyentes que demostrarían la responsabilidad del señor Seuxis Hernández, conocido como ‘Jesús Santrich’, en delitos de narcotráfico cometidos después de la firma del acuerdo.

Días después, la Fiscalía difundió parte de esas pruebas que incluían videos en los que el exlíder guerrillero, con problemas de visión y cuya imagen y actitud lenguaraz es particularmente rechazada entre los colombianos, recibió un objeto que las autoridades identifican como un “token” que al parecer era el símbolo del acuerdo para enviar diez toneladas de cocaína a Estados Unidos.

La detención de “Santrich” y el inicio de la odisea posterior se ha convertido para otros exlíderes guerrilleros en un símbolo que les ha llevado a mostrar su desconfianza hacia el futuro del acuerdo de paz. Tan es así, que el exnúmero dos de las Farc y exjefe negociador “Iván Márquez”, nombre guerrillero de Luciano Marín Arango, llegó a decir que tras el arresto el acuerdo de paz se acercó a su punto más crítico. “Márquez” está hoy en paradero desconocido y, si bien ha presentado informes a la JEP, su futuro es una incógnita, lo que en buena medida se debe a la detención de “Santrich”.

En cualquier caso, lo prolongado de su detención se debe a la falta de una decisión por parte de la JEP acerca de la fecha de su detención, lo que se debería confiar a la jurisdicción especial la competencia para que resuelva exclusivamente la fecha en que se produjo el presunto delito; por eso la JEP pidió a Estados Unidos los datos acerca del caso, algo absolutamente extraordinario que la justicia ordinaria nunca hace.

Todo procede de la mala redacción del acto legislativo que dio vida a la JEP porque incluye un artículo que otorga esa labor a esa entidad que, sin embargo, no tiene absolutamente ningún elemento de juicio. El resultado, es que Colombia está quedando mal con EE.UU. y que “Santrich” está privado de su libertad sin que se haya tomado una decisión sobre su futuro.

Por si fuera poco, la demora y eventual rechazo de la extradición daña la buena colaboración judicial entre Colombia y EE.UU. y genera necesariamente roces entre los dos países..

Además, se considera que el “choque de trenes” que ya existe entre justicia ordinaria y especial de paz puede empeorar puesto que no están claras las normas aplicables a la JEP; por eso, es conveniente que la salida es que el presidente de Colombia, Iván Duque, presente al Congreso algún proyecto de reforma al acto legislativo en materia de extradición y JEP.
Mientras eso sucede, “Santrich” seguirá detenido en lo que el partido Farc en que se convirtió esa guerrilla una vez dejó las armas, volvió a calificar hoy como “injusto presidio”.