Represas de alto riesgo

Editorial
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Brasil tiene 3.386 represas, de diferente modalidad, que han sido clasificadas por las autoridades como de alto riesgo y que, si no se toman las medidas pertinentes, pueden causar una tragedia similar a la ocurrida en Brumadinho y que dejó al menos 65 muertos y 288 desaparecidos.

En Brasil hay más de 20.000 represas y el Gobierno decidió darle prioridad en la fiscalización a 3.386 de ellas; el Gobierno no sabe cuándo cumplirá la meta que se propuso de fiscalizar al menos las que más le preocupan pese al elevado número de presas en estado de alerta y a la tragedia ocurrida en Brumadinho, municipio del estado de Minas Gerais  y donde la ruptura de una represa con residuos minerales generó un alud de lodo que no solo provocó decenas de muertes sino que arrasó 125 hectáreas de bosques.

Y es que es un número alto para fiscalizar; las autoridades hacen  esfuerzos para garantizar que haya recursos humanos y financieros para cumplir esa meta que no son 10 represas, son 3.386. No es de la noche para el día que se  van a poder fiscalizarlas todas. Además, el Gobierno tampoco puede establecer un plazo específico porque cada entidad, dentro de sus competencias, va a tener su propia prioridad.

En 2017, de las 3.386 represas que están en alto riesgo, 205 son utilizadas por compañías mineras y de ese grupo, unas 70 son de residuos, como la que se rompió en Brumadinho. Esas unidades serán la prioridad para el Ministerio de Minas y Energía.

La represa de la compañía Vale que causó la tragedia en Brumadinho -aunque estaba desactivada- se había construido sobre desechos, una tecnología muy antigua y más barata, pero que implica altos riesgos. Ese proceso se conoce como “montante” y tiene un riesgo mayor porque los residuos van subiendo y como la represa está cimentada sobre residuos, su resistencia es baja.

La tragedia de Brumadinho se produjo cuando la represa de Vale en una de sus minas de hierro en Brumadinho se rompió y un río con residuos minerales y lodo sepultó las instalaciones de la propia empresa y diversas viviendas en áreas rurales.

La tragedia se suma a la catástrofe ocurrida hace tres años cuando en el municipio de Mariana, también en Minas Gerais, ocurrió el derrumbe de un dique de la empresa Samarco, de la que Vale posee el 50 %, que provocó la muerte de 19 personas y el mayor desastre medioambiental de la historia de Brasil. El dique que se derrumbó y que produjo la catástrofe de Mariana en 2015 también estaba construido sobre desechos. La diferencia es que ese dique sí estaba activo.

La recomendación para evitar este tipo de tragedias es que los protocolos para la fiscalización y monitoreo de la seguridad de ese tipo de represas sean más rigurosos y más completos, porque el estudio que se hizo en septiembre pasado a la represa, mencionaba que tenía una situación estable pero se terminó rompiendo.

El tema de la fiscalización a la presa de la gigante Vale es investigada en este momento por la Justicia brasileña, que ordenó el arresto de cinco personas, entre ellas dos ingenieros acusados de haber alterado los documentos técnicos de fiscalización de la seguridad de ese reservatorio.

Según las autoridades judiciales, los documentos indagados demuestran la existencia de indicios de autoría o participación de los representados en falsedad ideológica, crímenes ambientales y homicidios.