¡Qué se bajen del bus de la victoria!

Editorial
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Celebra la Santa Marta futbolera y aquella que sin agradarle el balompié se siente orgullosa por el retorno del Unión Magdalena a la primera división del fútbol colombiano.
Festejan las barras que por temporadas han estado fieles alentando desde norte y sur a los once guerreros que por trece años estuvieron atrapados en el hueco de la B.

Festejan los hinchas de antaño, reconocidos en la escena nacional como José de los Santos Ariza Vásquez ‘Balín’ con su sirena; la tambora cienaguera de Gilberto Mejía (quien vive a la distancia este logro); Ivanés Olaya ‘Pluto’, quien aunque tuvo su resentimiento mientras Unión merodeaba la B, ha prometido siempre volver a la A; ‘Geo’ De Ávila, el sempiterno seguidor ‘bananero’ que a pesar de su discapacidad física, no ha dejado de acompañar al equipo en las buenas y malas.

Deben también celebrar los samarios rasos, conocedores del balón y sus secretos, quienes portando transistores, o ahora con teléfono móvil a bordo, escuchan las transmisiones radiales siguiendo fielmente la descripción del narrador o viéndolas desde cualquier sitio a través de la televisión paga.

Como olvidar a los periodistas y locutores deportivos, una camada de ‘héroes’ del micrófono, la cámara y la pluma, quienes soportaron un poco más de una década la tortura de ver competiciones emocionantes y que al último momento desilusionaban y otras simplemente mediocres.

Y qué decir de aquellos fanáticos de renombre nacional encabezados por nuestro Carlos Vives, Alberto Linero, Falcao García, personajes del jet-set criollo que han venido reflejando en sus redes sociales toda la alegría con el ascenso del equipo. Lo mismo de los seguidores azulgrana que no olvidaron a su equipo del alma por lejos que estuvieren y que con las nuevas tecnologías, seguían minuto a minuto el paso triunfal del Ciclón.

Seguro que habrá cantidades de grupos sociales que hacen parte de esta gran fiesta del retorno a la primera categoría, pero también hay otro menos numeroso, pero de gran oportunismo, que aparece ahora como más unionista que nunca.

Nos referimos a quienes viven de la imagen y lo que está de moda. Esos quienes aprovechan un momento de éxtasis para pescar una foto, publicidad o mención que los relacionen con el club de fútbol, solo con fines políticos, o más bien, politiqueros.

Esos mismos, quienes años atrás menospreciaron la importancia de la presencia del equipo en Santa Marta y mostraban su desacuerdo para que Unión jugara en su tierra. Que no tienen idea de lo que simboliza el fútbol para un pueblo que vio nacer este deporte en Colombia, pero que ahora portan la camiseta azul y roja cual si fuesen el más furibundo fanático.

En este bus de la victoria se montan todos, pero los samarios y el resto de magdalenenses sabemos quiénes son los que en verdad merecen festejar la hazaña, porque Unión Magdalena ganó su cupo en la A jugando bien, y que gracias a una gestión de sus directivos logró estar en Santa Marta para dar ese gran paso.